Dentro de las noticias de la semana a las cuales les falta algo para terminar de entender por completo, no podía faltar el despido del CEO y Chairman de HP, Mark Hurd.
Todo empezó con una demanda por acoso realizada por Jodie Fisher, una ex actriz de películas clase B y porno soft, devenida en proveedora de servicios para eventos corporativos (marketing support consultant según Wikipedia). La cosa tomó otro nivel por la aparición en escena de la abogada de Fisher, reconocida por lidiar con asuntos que involucraron a figuras mediáticas. El conflicto se solucionó extrajudicialmente aunque no impidió que el tema pasara a mayores, culminando en el despido del CEO.
Lo curioso es que HP no lo despide por este escandalete, sino por supuestas liquidaciones de gastos “desprolijas”, que tenían que ver con erogaciones en las que habría incurrido el ejecutivo vinculadas a su relación con la demandante. Así, la tarjeta roja viene por “mala conducta”, no obstante lo cual se retira con un golden parachute de US$ 12 millones. Todo bastante incoherente.
Este escandalete no debería ser parte de Comentarios sino más bien de un medio chimentero. Pero el tema es que para HP todo este asunto no es gratis. No sólo porque hizo que la empresa perdiera US$ 10 mil millones de su valuación bursátil. También, y principalmente, porque este affaire deja a HP sin el CEO que la dio vuelta, pasando de la complicada situación en la que quedó luego del paso de Carly Fiorina para convertirla en la más grande empresa de IT, con ventas superiores a los US$ 100 mil millones y duplicando el valor de su acción durante su gestión.
La moraleja de esta historia es que no hay organización que pueda resistir las malas decisiones personales de quien la dirige, comprobándose, nuevamente, aquello de la yunta de bueyes…
Este informe, realizado en base a una encuesta telefónica a usuarios de Internet, apunta a determinar y cuantificar las características del acceso a Internet y consumo de tecnología asociada desde el hogar. Cubre tanto conectividad como dispositivos (PC, celular, TV, consolas).
La metodología utilizada fue la de entrevistas telefónicas, atendiendo a una estratificación previa de la muestra por nivel socio económico (NSE) y zonas (AMBA e Interior).
Identificar el avance de la conectividad a Internet y el consumo de la tecnología de acceso asociada en el hogar.
En el mismo se buscó:
- Identificar al ISP y la tecnología de conexión
- Describir el panorama informático en el segmento residencial
- Identificar la penetración de computadoras portátiles en hogares
- Identificar planes de compras de PC/notebooks
- Determinar el uso de Internet desde otros dispositivos que la PC
- Cuantificar el uso de celulares para acceder a Internet y sus principales aplicaciones
- Cuantificar la penetración de consolas de videojuegos y su conexión a Internet
- Evaluar la propensión a adoptar a la TV como plataforma de acceso a video por Internet
- Estimar la permeabilidad al Triple Play entre usuarios de Internet
- Determinar el tipo de proveedor preferido para contratar servicios de Triple Play
Por otra parte, también se buscaron elementos que ayuden a definir las perspectivas en la evolución del uso de tecnología asociada a Internet en el segmento residencial.
Tipo de estudio: Muestra probabilística por directorio telefónico a hogares usuarios de telefonía básica. La misma se estratificó en base a cuotas de nivel socioeconómico (NSE) según el criterio de la Asociación Argentina de Marketing y por ubicación geográfica.
Universo: Usuarios de Internet en todo el país, independientemente del lugar de conexión.
Tamaño de la muestra: Seiscientos ochenta y cinco (685) casos efectivos.
Período de relevamiento: Abril – Mayo 2010
Confiabilidad: Se trabajó a un 95% de confiabilidad, con un error muestral del +/- 3,74%, en base a un universo de aproximadamente 18 millones de usuarios de Internet en todo el país.
Cobertura: Nacional. Relevamientos en Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y Bahía Blanca.
Tipo de cuestionario: Semiestructurado, con preguntas cerradas y abiertas.
Perfil del entrevistado: Personas de cualquier sexo y edad que se conecten a Internet, independientemente del lugar desde donde lo hagan. Una entrevista por hogar.
Estudio profesional orientado a la información y análisis de mercado. Su foco de estudio es el consumo y uso de productos y servicios vinculados a Internet, las telecomunicaciones, la informática y los medios digitales.
Por las características intrínsecas de los productos y servicios tecnológicos, el análisis de su consumo requiere de un grado de especialización que normalmente no se obtiene de empresas de investigación de mercado tradicionales. Para ello, Carrier y Asoc. cuenta con profesionales con amplia experiencia tanto en la industria tecnológica como en la investigación y análisis aplicado a la temática.
En los últimos meses se repiten las noticias de Estados (tanto a nivel provincial como nacional) entregando netbooks para el sector educativo, tanto a alumnos como a docentes. Sólo el plan nacional contempla la entrega de 3 millones de equipos de aquí al 2012. Más allá de su impacto a nivel educativo, sin dudas que el hecho de equipar a los alumnos con computadoras portátiles tendrá un efecto beneficioso para la industria, especialmente la nacional.
Para poner las cifras en perspectivas y poder medir más el impacto de los distintos planes, conviene recordar que el año pasado se vendieron unas 900 mil computadoras portátiles, contabilizando tanto notebooks como netbooks. De esta forma, sólo los 3 millones de equipos provistos por el gobierno nacional en 3 años equivalen a más que duplicar las ventas totales de portátiles del año 2009. Sin dudas, un aporte que se hará sentir.
Por otra parte, la industria local recibirá un fuerte impulso, ya que se exige que al menos el 50% de las unidades sean de producción nacional. Se podrá argumentar en contra, diciendo que no hay igualdad de oportunidades para los fabricantes internacionales frente a los locales. Pero también es bueno remarcar que si el objetivo es fomentar una determinada actividad, se trata de una medida más sana que subir impuestos a los productos importados, como fue la base del impuesto tecnológico que entró en vigencia a fines del año pasado. Y la prueba está en que los productores de Tierra del Fuego pidieron autorización para fabricar portátiles dentro de sus condiciones normales de operación, es decir con sus ventajas tradicionales que ya tienen pero sin apelar a la distorsión impositiva adicional que significó el mencionado tributo.
Hay que considerar que convocar a la fabricación nacional de esta forma sirve para incentivar a una industria que ya existe (representa aproximadamente la mitad del mercado de PC), tiene logística y soporte. Es decir, no se está inventando una industria desde cero (con el aprendizaje que conlleva) sino que se está potenciando lo existente.
Para verlo por el contrario, este fue quizás el error de poner metas tan altas de producción a los fabricantes de conversores para TDT, una industria prácticamente inexistente hasta ese entonces. La consecuencia fue que finalmente tuvieron que importar de apuro ante la incapacidad de entrar en un ritmo de producción tan ambicioso en tan poco tiempo. Y así y todo no se pudo cumplir con el objetivo fijado inicialmente en relación a los 600 mil conversores que debían estar distribuidos antes del inicio del mundial de fútbol. Apenas si llegaron a los 40.000.
Sin dudas, un avance en cuanto a políticas de industrialización, por más que quede mucho camino por recorrer.
La resolución por la que se autoriza la fabricación de notebooks y netbooks en Tierra del Fuego bajo las mismas condiciones que tienen otros bienes similares fabricados en aquella provincia, despertó algunas inquietudes entre los afectados. Sin embargo, al menos por el momento, su impacto no debería ser relevante.
Es que una cosa es contar con los beneficios que se otorgan a la producción en las islas y otra es, además, que se las incluya dentro de los bienes alcanzados por el impuesto tecnológico. Mientras la primera opción tiende a abaratar la producción en esa provincia a través de rebajas impositivas, la segunda encarece a los bienes del exterior al agregárseles impuestos y derechos aduaneros. Y, al menos por ahora, sólo ocurrirá lo primero.
¿Significa esto que los productores locales de portátiles cerrarán sus plantas en la Argentina continental para radicarse en la isla? Para tranquilidad de quienes trabajan en ellas, la respuesta es no. Esto se debe a que si bien los productores perciben una reducción de costos por rebajas impositivas, los mismos suben por otro lado: mano de obra (que, dicen los que conocen del tema, se multiplica por 3) y logística. La reducción real de costos resultante sería del orden del 5%, lo que no alcanzaría para compensar las inversiones necesarias y la menor agilidad para responder a las cambiantes demandas del mercado.
Así, podría esperarse que luego de las correspondientes autorizaciones (que son caso por caso) sean las empresas que ya se encuentran operando en la isla las que añadan las portátiles a sus líneas de producción. Pero, al menos por ahora, no hay que prever una migración de los productores continentales hacia la isla y, consecuentemente, las tensiones que eso podría causar.
Años 80. Apple lanza su computadora personal Macintosh. Su interfaz gráfica y la integración de hardware y software de un mismo fabricante hacían de ésta un equipo muy superior a las PC de múltiples marcas corriendo bajo la interfaz de texto de MS DOS. Pero a pesar de ser claramente superior, la Macintosh nunca dejó de ser un producto de nicho, estando siempre por debajo del 10% de participación de mercado en computadoras personales, llegando por momentos a niveles de 3%. ¿Por qué? El modelo cerrado, tan propicio para simplificar el funcionamiento del equipo, le restó alcance y variedad. En la vereda de enfrente, Microsoft con un sistema operativo con sus limitaciones y defectos (primero el MS DOS, luego las distintas versiones de Windows), pero bajo un modelo abierto, demostró ser más fuerte. Esta apertura permitía la innovación de los fabricantes de hardware y el desarrollo de distintos modelos de comercialización así como de diseño de producto. Se cumplía nuevamente la máxima que dice que en tecnología no es el mejor producto desde el punto de vista técnico el que resulta ser un éxito comercial.
Algo más de 20 años después, Apple vuelve a tener un éxito de diseño y funcionalidad, esta vez no en el ámbito de las computadoras personales pero en el de los celulares. Con el lanzamiento del iPhone, revoluciona (en el sentido estricto de la palabra) el negocio de los handsets, estableciendo un concepto que sus rivales corren a copiar e intentar mejorar. Los millones de equipos vendidos convalidan el éxito. Sin embargo, comienzan a encenderse luces de alarma. En el primer trimestre de 2010, en EE.UU. el mercado donde el iPhone es más fuerte, por primera vez las ventas de estos equipos pierden a manos de las distintas variantes de terminales equipados con el sistema operativo Android de Google. Android equipó al 28% de los smartphones vendidos, frente al 21% de iPhone.
La historia parece repetirse. Mientras que Apple apuesta al diseño de un equipo que integra hardware y software, Google desarrolla un sistema operativo que puede ser incluido en todo tipo de dispositivo, permitiendo a los fabricantes innovar en base a él. Así surgen clones del iPhone, pero también equipos que combinan pantallas touch con teclados deslizables y otras características que cumplen con los distintos deseos de los usuarios. Además, capitaliza de esta forma los acuerdos de distribución de fabricantes fuertemente establecidos y con aceitadas relaciones con operadores así como redes de soporte y comercialización. Nombres como Motorola, Samsung, HTC a los que día a día se suman otros, le dan a Android un empuje que Apple por sí sola no puede lograr. Adicionalmente, permiten una variedad de formatos y diseños que de alguna manera ridiculizan al iPhone, básicamente el mismo teléfono sea el 2G, 3G o 3GS.
Esto no quiere decir que Apple debiera licenciar libremente el iPhone OS para su incorporación por otros fabricantes. Pero como sí lo demuestra el éxito de Blackberry, que en otro estilo también es un modelo cerrado de hardware y software, debe por un lado terminar con las exclusividades de operador así como preocuparse por desarrollar distintos modelos de equipos, evitando además limitar las aplicaciones de terceros para esta plataforma. A fin de cuentas, lo que actualmente propone Apple es una uniformización que es digna de una sociedad industrial de masas, y no de una de múltiples segmentos, característica de la era de la información.
Los próximos tiempos demostrarán si Apple está en condiciones de dominar una industria o si pasará a la historia como una empresa innovadora en base a rupturas, pero débil a la hora de convertir ese impacto inicial en una posición de fuerza sostenible en el tiempo.
A pesar de los buenos resultados en materia de celulares, no hay que precipitarse a la conclusión de que fue una buena medida, o al menos, inocua. Evaluar el impacto en celulares es difícil ya que además del equipo en sí, su venta está asociada a un servicio que genera un gasto recurrente, con lo que los precios de venta no reflejan exactamente los costos.
Distinto es el caso de las computadoras. Mientras que la demanda por las portátiles (no alcanzadas por el impuesto) subió un 186% comparando el primer trimestre de este año con el del anterior, las de escritorio lo hicieron sólo un 7%. Y más allá de que estamos en un proceso de migración desde desktops y hacia notebooks, también es cierto que las de escritorio se vieron afectadas por la aplicación del impuesto a los monitores, lo que las encareció, mientras que las portátiles bajan de precio como consecuencia de la natural evolución de la tecnología. Así la brecha de precio entre unas tradicionalmente más baratas (desktops) y otras históricamente más caras (portátiles) se redujo.
Sintetizando esta situación, en un reciente evento con canales realizado por Intel, un ejecutivo de una firma que produce localmente tanto portátiles como equipos de escritorio, se lamentaba por el impuesto, afirmando que no sólo había impactado negativamente en las ventas de las últimas, sino que se afectaba al consumidor, habida cuenta de que para muchos una desktop es lo único a lo que pueden llegar y éstas son ahora más caras.
Paradoja: los que menos tienen pagan más. Con ayudas así…
Algo estamos haciendo mal en Argentina. Al menos según los datos del Foro Económico Mundial (WEF), donde en su ranking de incorporación de la TIC Argentina retrocedió del puesto 63 al 91 en sólo cuatro años.
El informe (en su página 25) marca las contradicciones del país. Así como exhibe ciertas fortalezas en infraestructura (52°), disposición de las empresas (59°) y uso individual (58°), su talón de Aquiles pasa por los aspectos cuya responsabilidad recaen sobre el Estado en sus distintos niveles. Así deficiencias en los mercados (126°), regulación (110°), baja priorización de las TIC en la agenda gubernamental nacional (128°) y disposición y uso en el Estado (102°), alejan al país no ya del pelotón de punta sino de varios países contra los cuales compararse.
En la comparación sudamericana, delante de Argentina se ubican Chile (40°), Uruguay (57°), Colombia (60°) y Brasil (61°). Detrás, Venezuela (112°), Ecuador (114°), Paraguay (127°) y Bolivia. Clarísimo.
Lo único esperanzador es que los aspectos que afectan la posición de Argentina pueden solucionarse con un poco de voluntad política. Lo último que se pierde es la esperanza.
El anuncio realizado esta semana en relación al Programa Conectar Igualdad que apunta a otorgar una netbook a cada alumno de escuelas secundarias públicas del país dejó mucha tela para cortar.
La primera y más evidente es el grado de escisión en la sociedad argentina. Un gobierno más preocupado en dividir políticamente que en armonizar logra que un plan con buenas intenciones (nadie puede estar en contra del acceso a la información de los estudiantes) sea profundamente criticado, y así, por ejemplo, aquellos que señalaron al uruguayo Plan Ceibal como modelo, hoy critican lo que se hace aquí. Por otra parte, también es cierto que muchos anuncios del gobierno relativos a la educación no se cumplieron, como la difusión de la jornada completa o la cantidad mínima de días de clases por año. Así, es comprensible que haya descreimiento sobre la efectiva concreción de lo anunciado en este caso.
No ayuda que la presidenta se compare a sí misma con Sarmiento. Educar es algo muy distinto a proveer una herramienta. No obstante, según lo que puede leerse en el sitio Web destinado al programa, parece prestársele muchísima atención a la distribución del hardware, pero hay muy poco respecto a algo tanto o más importante, como es la formación docente y la adecuación de las metodologías de estudio como consecuencia de la incorporación del equipamiento. O sea, más énfasis en la herramienta (necesaria sin dudas) que al contenido y proceso educativo.
Por otra parte, tampoco queda claro cómo este programa se articula con los presentados en otros distritos, como las provincias de San Luis, Rio Negro o Salta, o la ciudad de Buenos Aires. Asimismo, siendo que la incorporación de esta herramienta al proceso educativo trae aparejado un reenfoque profundo del mismo, sería interesante escuchar la opinión de quienes son expertos en educación aunque no formen parte del gobierno.
Desde el punto de vista de la industria, evidentemente este plan representa una gran oportunidad, especialmente para los productores locales. De hecho, CAMOCA, cámara que los agrupa, rápidamente emitió un comunicado de prensa respaldando el programa y las oportunidades que representa para la industria local. Para tener una idea del impacto del programa, en el 2009 se vendieron en el país unas 900 mil computadoras portátiles, con lo que 3 millones destinadas al plan representan una cantidad más que interesante, habida cuenta de que a éstas se les sumarán las que el mercado consume regularmente. Si bien aún no queda en claro si los equipos de producción nacional tendrán algún tipo de ventaja o prioridad respecto de los extranjeros, si hubiera incentivos de este orden, serán sin dudas más favorables a la industria que el establecimiento de barreras arancelarias geográficas del estilo impuesto tecnológico.
Finalmente, y ya desde una perspectiva más política, el programa es una gran apuesta del oficialismo. A un año y medio de las elecciones para presidente, muchos ven en este anuncio una medida destinada a convencer a una porción del electorado hoy en duda. Pero si el programa no cumple sus objetivos, la medida podría convertirse en un boomerang.
En fin, el programa tiene aspectos positivos, para la educación y para la industria, aunque sería un error entenderlo como una solución a los problemas educativos del país. Y luego de otros antecedentes, es normal que algunos desconfíen. Se trata en definitiva de un programa que por su envergadura e implicancias debería ser más preciso y amplio en su descripción, así como tener un tratamiento más plural, tanto desde el punto de vista político como técnico.
Luego de mucha expectativa, sobre todo mediática, finalmente llegó a los comercios el nuevo dispositivo de Apple que no encaja con exactitud en ninguna de las categorías más difundidas de los dispositivos TIC (notebook, netbook, smartphone).
Lo más llamativo de todo el proceso fue la manija dada por los medios. Quizás atraídos por historias épicas, el periodismo se esmeró en presentar al iPad como un nuevo iPhone en términos de impacto en el mercado y en la sociedad. Por supuesto, no faltó el intento de regenerar el atractivo de mostrar a los fanáticos haciendo cola y acampando antes de que abrieran los comercios que vendían el dispositivo, tal como sucedió en su momento con el iPhone. Claro que esta vez había menos gente, por lo que los planos eran más cortos.
Esta expectativa mediática no se dio únicamente en los EE.UU. (donde Apple tiene una presencia relevante). También se tuvo lugar en Argentina, donde el culto a Apple es de práctica cuasi clandestina. La cosa es que el lanzamiento del iPad ocupó espacio relevante en diarios de circulación nacional así como en noticieros televisivos locales. En exceso quizás habida cuenta de los intereses del público argentino.
Lo cierto es que en EE.UU. todo estuvo más tranquilo de lo anticipado. Inclusive las 300 mil unidades vendidas inicialmente decepcionaron a muchos o al menos no estuvieron a la altura de las expectativas generadas.
Más allá de si el iPad se convierte en un éxito de taquilla o no, lo que sí podría suceder es que el concepto de las tablets finalmente termine con el modelo de one size fits all (o talle único) de las computadoras personales. En el futuro las aguas podrían quedar divididas entre equipos cuya función principal sea el consumo de contenidos y la comunicación casual y limitada (tablets) y otros que apunten más a la generación de contenidos (notebooks/netbooks), como escribir, calcular, diseñar, etc. Aquí está quizás la gran diferencia entre el iPad y las tablets lanzadas hasta el momento. Mientras que el iPad se posiciona claramente como una ventana a los contenidos, las tablets fueron presentadas originalmente como un formato distinto de algo conocido: las computadoras portátiles.
Con roles más definidos, probablemente las tablets impacten en las ventas de notebooks y netbooks, aunque esto no debería ser una preocupación para los fabricantes de éstas que serán los mismos que los de las tablets. Y en su conjunto, tablets, notebooks y netbooks formarán un mercado mayor al que actualmente componen estas dos últimas categorías. Así, los consumidores tendrán equipos más ajustados a sus necesidades y los fabricantes tendrán mercados mayores. Todos felices.
A Nicholas Negroponte hay que reconocerle el mérito de impulsar fuertemente el concepto de una computadora por alumno provista por el Estado. Su inexperiencia en los procesos productivos y en la interacción con los funcionarios públicos, a lo que se sumó un modelo que minimizaba el rol del maestro, hizo que su proyecto original nunca tuviera el éxito que algunos presagiaron. No obstante colocó la piedra basal para la llegada plena de la computadora al proceso educativo básico.
En línea con este modelo, en Argentina se está implementado, a nivel nacional, la entrega de portátiles a los estudiantes secundarios de escuelas técnicas, habiendo también algunas provincias con planes de llevar la computadora al aula. Esta semana se subió a la ola la ciudad de Buenos Aires, anunciando que a partir de abril comenzarán a entregar equipos a alumnos de las escuelas primarias públicas, aspirando a llegar a 170 mil unidades a fines de 2011. Sin embargo, el anuncio dejó más oscuros que claros.
Por un lado, en las fotos publicadas por el gobierno de la ciudad, se observa a los funcionarios con tres equipos distintos: una Classmante, una Dell y una OLPC. Así se evidencia que aún no sólo no se optó por el equipamiento a utilizar, sino que las diferencias de la OLPC con las otras dos son tan grandes que evidentemente no hay una decisión tomada respecto del modelo educativo detrás de cada plataforma.
Esta falta de definición se traduce en que tampoco se está cerca de tener un pliego definitivo para la correspondiente licitación de proveedores, a lo que hay que sumarle los tiempos propios del proceso de adjudicación, amén de aquellos de implementación y capacitación docente. Así, todo parece indicar que el anuncio, realizado algo imprevistamente, tuvo más que ver con motivaciones políticas (¿anticiparse a algún anuncio?) que con un plan lo suficientemente articulado como para presentarlo en sociedad.
Se trata sin dudas de una apuesta fuerte del gobierno de la ciudad no exenta de riesgos. Si sale tal como fue anunciado, habrán llegado justo a las próximas elecciones pudiendo mostrarlo como un logro de su gestión. Si la cosa se complica y los objetivos no se logran, habrán dejado al descubierto un nuevo flanco que será sin dudas utilizado por sus rivales. El año próximo se verá.
Quienes originalmente impulsaron en su momento el impuesto a los bienes tecnológicos siempre sintieron como una gran derrota tener que haber exceptuado a las notebooks y netbooks del grupo de equipos alcanzados. La existencia de diversas empresas produciendo portátiles localmente en el país daba por tierra con los argumentos de aquellos que sostenían que el impuesto era para fomentar la producción nacional. Estas portátiles se armaban en Argentina (aunque no en Tierra del Fuego), por lo que no tenía ninguna lógica establecer una discriminación entre lo producido en la isla y en el continente.
Tratándose de un mercado en franca expansión (ver gráfico), los fabricantes de Tierra del Fuego, agrupados en AFARTE, presentaron al gobierno varios proyectos de fabricación en la isla, según publicó el diario El Cronista. A diferencia de los productos alcanzados por el impuesto tecnológico, lo harían sin un beneficio adicional al régimen de promoción que ya tiene Tierra del Fuego.
La pregunta que surge es por qué no presentaron sus proyectos antes. Quienes conocen en detalle los números del negocio indican que, a pesar del régimen de promoción existente, los mayores costos de logística y mano de obra por operar en la isla no se ven compensados con los beneficios de la promoción. Entonces, ¿qué es lo que cambió?
Hay quienes dicen que la interpretación por parte de ciertos funcionarios de determinadas normas aduaneras estaría encareciendo la importación de partes (un tema bastante técnico que preferimos evitar), afectando a algunos (no todos) productores en el continente. Otros sostienen que en realidad es una estrategia para empezar a producir y con las fábricas en marcha reclamar posteriormente beneficios para “mantener las fuentes de trabajo”.
Lo cierto es que ya hay cierto runrún que permite presagiar un nuevo embate para llevar la fabricación de notebooks desde el continente hacia la isla. Se trata de un negocio lo suficientemente importante y creciente. Y nadie quiere quedar afuera….
Si bien en algún momento las grandes cadenas minoristas amenazaron con desterrar el pago en cuotas sin interés vía tarjeta de crédito, la realidad se ocupó de torcer la historia. En las últimas semanas no sólo volvieron, sino que lo hicieron con renovados bríos. En la categoría de electrónicos, ya no se habla de 6 o 12 cuotas sino de 50. Lo que empezó como una forma de fomentar las ventas de televisores LCD con vistas al próximo mundial de fútbol derramó rápidamente a las computadoras portátiles, colaborando sin dudas para que al cierre de este año, las ventas de notebooks y netbooks superen en cantidad a las de escritorio.
Resulta llamativo que el agresivo retorno de la venta en cuotas se dé en un escenario donde, reconocida o no, la inflación sigue su camino ascendente. Así, 50 cuotas fijas permiten especular que, con el correr del tiempo, el valor de las mismas tienda a ser notablemente inferior en términos de poder de compra de lo que es hoy. No obstante, este fenómeno deja algunas reflexiones.
La primera tiene que ver con el sobreprecio que se está pagando por estos bienes. No existe tal cosa como el almuerzo gratis. Las cuotas serán fijas, pero no por eso sin interés, el cual está implícito en el precio final del producto. Nadie invierte su capital para que se lo devuelvan en poco más de 4 años sin ninguna tasa de retorno. Pero lo paradójico del caso es que el precio de contado es exactamente el mismo, lo que encarece entonces estos bienes para aquellos que no tienen acceso a la financiación de la tarjeta, ya sea porque no la poseen o porque su límite de crédito no alcanza para cubrir el precio del producto. De alguna forma entonces, se podría decir que es una oferta regresiva, que favorece a los que más tienen.
La segunda reflexión es que, en el caso de las computadoras, pagarlas a más de 4 años equivale en muchos casos a estar abonando una cuota durante su vida útil. Así, la compra de computadoras se convierte, no en términos contables pero sí reales, en un gasto mensual más que en una inversión que requiere un desembolso de capital inicial. ¿Estaremos ante lo que se podría bautizar, en términos marketinero-tecnológicos, como hardware as a service?
En un clásico del club de los multimillonarios, la revista Forbes publicó esta semana su ranking de las personas más ricas del planeta. En esta edición, llegó al primer lugar el mexicano Carlos Slim, principal accionista de América Móvil (Claro) y Telmex, entre otras participaciones. Más allá de la envidia que varios puedan sentir ante tan privilegiada situación, la noticia deja algunos elementos para comentar.
En las ediciones anteriores del ranking, el mismo supo estar encabezado en varias oportunidades por Bill Gates, fundador de Microsoft. O sea, el rey de la era PC. La llegada entonces de Slim al tope del mismo podría ser un indicador más del cambio de paradigma, donde el celular logró una penetración mucho mayor que la PC. Así, quienes sostenían desde años atrás que el próximo gran dispositivo iba a ser el celular no estaban equivocados. Slim seguramente estaba entre ellos.
Como consecuencia de esta popularidad del celular, Slim, a diferencia de otros miembros del selecto grupo de los top ricachones como Bill Gates o Warren Buffet, hizo su dinero principalmente en América Latina, o sea en mercados emergentes o subdesarrollados económicamente. En otras palabras, demuestra que se puede hacer muchísimo dinero vendiéndoles a muchos que tienen poco y no sólo poco a quienes tienen mucho.
Todo cambia (afortunadamente para Slim al menos).
*pachocha: forma coloquial de llamar al dinero en México
El crecimiento de las ventas de computadoras portátiles (notebooks y netbooks) está dando lugar a un mercado lo suficientemente grande como para que cada vez más se sumen nuevos actores no sólo a la oferta, sino también a la producción nacional, tal el caso del fabricante de memorias Novatech, según publicó el sitio RedUser.
En el artículo, el titular de la empresa menciona que están haciendo pruebas para la producción de netbooks, agregando que esta experiencia podría servir para producir todo tipo de productos mobile.
El caso es interesante porque Novatech fue una de las empresas que más se opuso a la aplicación del impuesto tecnológico para favorecer la producción en Tierra del Fuego. De hecho, sus instalaciones están ubicadas en la ciudad de Buenos Aires y desde allí ha logrado una fuerte presencia en el mercado de memorias. Ahora está ampliando sus horizontes con la fabricación de conversores para TV digital, a lo que se sumarían las netbooks.
Así, al igual que otros fabricantes locales de computadoras portátiles como Exo, Banghó, SICSA y otros, demuestra que no hacen falta los groseros privilegios que ofrece Tierra del Fuego para poder competir en el mercado de la electrónica.
El negocio de las comunicaciones fijas en el segmento PyME evidencia una madurez desde el punto de vista cualitativo, sea en términos de penetración de los distintos servicios (todos prácticamente en el 100%), sea en cantidad de líneas o accesos. Ante este cuadro de situación, no sería de extrañar que en poco tiempo se comience a dar para las PyMEs la misma tendencia que ya se instaló en las grandes empresas: operadores de telecomunicaciones que dan voz y datos sobres sus redes y que amplían su oferta de conectividad hacia los servicios de valor agregado cada vez más cercanos a la IT (centrales virtuales, administración remota de equipos y redes, aplicaciones en la nube, seguridad, etc.). Esto surge del informe “Telecomunicaciones fijas en PyMEs – telefonía, datos e Internet”, finalizado recientemente por Carrier y Asociados.
La creciente complejidad de las infraestructuras que soportan los sistemas de información y comunicaciones en las empresas, y las limitaciones en la disponibilidad de recursos humanos aptos en las empresas, especialmente en las más chicas, crean condiciones positivas para delegar estas actividades en terceros especialistas. Esto se manifiesta en que 1 de cada 4 PyME terceriza algún servicio vinculado a las TIC, concentrándose en la administración y mantenimiento de PC (81%) y centrales telefónicas (69%). Otros servicios como administración de redes de voz y/o datos, seguridad, etc, se encuentran muy lejos, en porcentajes inferiores al 25%.
Si bien para el cliente implica una revolución conceptual profunda, que los servicios más demandados por lejos sean la administración de PC y centrales permite detectar una necesidad, no siempre manifiesta, hacia la tecnología como servicio y no como un activo que genera gastos al tiempo que se deprecia.
Esto se da en un segmento donde es habitual que la oferta negocie con un interlocutor no técnico. En las PyMEs no siempre hay un área específica de tecnología y quien toma las decisiones es mayormente la propia dirección general (en el 80% de los casos). Solamente en las empresas más grandes como clientes (medido en líneas telefónicas o en cantidad de empleados totales y de oficina), la responsabilidad de la contratación recae mayormente en una persona de sistemas/tecnología.
Así, además de disponer de productos útiles, fáciles de usar y a precios razonables, la oferta deberá también saber llegar con un mensaje lo suficientemente sólido y comprensible, que incentive al abandono de determinados paradigmas más propios de las TIC de la era pre-internet. Un paso que requiere cambios en la demanda pero también en la oferta.
La diferencia entre una herramienta de uso específico y un cortaplumas suizo digital se manifestó nuevamente esta semana, con el lanzamiento del iPad, la última creación de Apple. Esto es así ya que muchos creen ver en el iPad a un e-reader o libro electrónico (o e-reader) como el Kindle de Amazon. Pero esta es una visión acotada. El nuevo dispositivo es una herramienta para el consumo de contenidos, que rescata algunos conceptos originales de las netbooks, aunque con distinto factor de forma e interfaz.
A primera vista, el iPad parece una versión agrandada del iPhone o iPod Touch, según la configuración. Su pantalla color de LCD y su capacidad de procesamiento y conectividad convierten al iPad en una herramienta que, si bien puede reproducir libros electrónicos, va mucho más allá, con capacidades para imágenes, audio y video, así como acceso a la Web. Así, mientras un libro electrónico está orientado al consumo de texto, el iPad es más multimedial, con sus pros y contras. Desplegar contenido gráfico requiere de una pantalla de LED, que consume mucha energía, con lo que sus baterías duran, dicen, 10 horas, un valor en línea con algunos modelos de netbooks. No obstante, está lejos de la semana de duración que ostentan e-readers como el Kindle, que utilizan tecnología de “papel electrónico”. Al no tener estas últimas retroalimentación, no sólo consumen considerablemente menos energía, sino que son mejores para leer (nuevamente, texto, no imágenes).
El iPad tiene poco almacenamiento en términos informáticos, con capacidades que llegan hasta los 60 Gb (resultantes del uso de memorias y no de discos para el almacenamiento) y sin opciones de expansión vía tarjetas de memoria. Por lo tanto, los contenidos deben consumirse desde la red. Igual que el concepto original de las netbooks. No obstante, estas últimas abandonaron por sí solas su modelo original, y rápidamente mutaron a notebooks más pequeñas, livianas y de mayor duración de baterías, pero conceptualmente muy parecidas a sus hermanas mayores.
Pisando un poco el terreno de los e-readers y otro poco en el de las netbooks, el iPad podría ser el gran impulsor de la categoría que se sitúa entre smartphones y notebooks, que en su momento Intel bautizara como MID (Mobile Internet Device, o dispositivo móvil de Internet). Con su experiencia en los dos extremos (notebooks y smartphones) y lo aceitado de su mecanismo de distribución de contenidos (iTunes y Appstore), Apple tiene chances de lograr que de una vez por todas que este interregno dé lugar a una categoría pujante.
Siendo que se trata de un equipo orientado más al consumo de contenidos que a su generación, hay sin dudas expectativas por parte de los proveedores de éstos en cuanto al potencial de esta nueva categoría. El iPad extiende el modelo del Kindle. Si bien ambos son claves para que los proveedores de contenidos puedan cobrarlos a sus usuarios, el Kindle se limita a texto como libros, diarios y revistas (con ilustraciones básicas), mientras que el iPad lo extiende a música, videos, aplicaciones. Por otra parte, por sus capacidades gráficas, permite que diarios y revistas puedan simultáneamente desplegar publicidad, generando otra línea de ingresos. Por supuesto, nada es gratis, y como contrapartida a esta mayor eficiencia en la distribución, los productores de contenidos corren el riesgo de quedar sometidos al poder de Apple, como ya le pasó a la industria discográfica.
Con precios que van desde los US$ 500 hasta más de US$ 800, no hay que esperar que esta primera generación sea tremendamente popular, pero podría marcar el despegue definitivo de una categoría de dispositivos de red que hasta el momento sólo registró fracasos. Si hay algo que caracterizó a Apple fue su capacidad para tomar conceptos existentes, pulirlos y convertirlos en éxitos. Así lo hizo con las interfaces gráficas en las computadoras (Mac), los reproductores de audio (iPod) y los smartphones (iPhone). Los próximos meses dirán si el iPad se suma a la lista o si, como otros intentos (Newton, Apple TV) sólo se trata de un equipo que atrae a techies y prensa pero no al consumidor que es quien vota con su bolsillo.
Un comentario final al margen. La elección del nombre trajo cierta controversia, ya que en inglés, un pad es una toalla femenina, por lo que ya acusaron a la empresa de machista, por no considerar la asociación que se da entre mujeres, muy distinta a la de los hombres. De hecho, no faltó quien observara que no hay ninguna mujer entre los ejecutivos top de Apple. ¿Será Jobs una suerte de Pergolini?
En un escenario de madurez de los productos de telecomunicaciones fijas, el segmento de PyMEs marca en algunos sectores una competencia más intensa entre los operadores incumbentes tradicionales y los entrantes que pujan por una porción mayor del negocio. En la medida en que esta competencia se intensifique, la oferta tiene terreno por recorrer de la mano de la convergencia de redes y/o en la presencia de una mayor proporción de servicios en su canasta de productos.
Para conocer mejor este proceso, el informe “Telecomunicaciones fijas en PyMEs: telefonía, datos e Internet - 2009” identifica y cuantifica las características de la demanda de servicios fijos de voz y datos en este segmento.
La semana que pasó trajo muchas noticias desde el CES, el Consumer Electronics Show, muestra anual de la industria electrónica que se produce en los EE.UU. La edición del 2010 se caracterizó por la abundancia de dispositivos, el grueso con conectividad inalámbrica de todo tipo.
Entre los múltiples equipos presentados, hubo una avanzada clara de una “nueva” categoría de portátiles bautizadas como smartbooks. En principio, al menos partiendo de los primeros modelos, apuntan a ocupar el lugar originariamente pretendido por las netbooks: pequeñas computadoras, ultra portátiles y de gran autonomía, que basan su uso en aplicaciones Web y por lo tanto trabajan en conexión permanente con la red.
A pesar de su intento, las netbooks rápidamente se asemejaron a las notebooks, tanto por el uso dado por los usuarios así como, y principalmente, por las configuraciones ofrecidas, con espaciosos discos rígidos para que los usuarios tengan allí sus aplicaciones y datos aunque sin ampliar la capacidad de conectividad móvil más allá de WiFi. Las smartbooks presentadas respetan el modelo de un equipo enfocado en la conectividad, con escasa capacidad de almacenamiento y utilizando aplicaciones y datos mayormente en la nube. Y para accederlos no sólo cuentan con WiFi sino también con las redes 3G. Simplificando, las netbooks responden al modelo Windows-Intel, que tiene una fuerte impronta PC, mientras que las smartbooks, basadas en tecnología de Qualcomm tienen un modelo más próximo al de un smartphone.
Esto responde a diferencias genealógicas. Proveniente de Intel, la plataforma Atom no incorpora en forma nativa conectividad con redes celulares. Intel debería licenciar las tecnologías que son y serán competencia de su banda ancha fija y móvil WiMax. La plataforma de Qualcomm, en cambio, soporta en forma nativa todos los servicios 3G en cualquier región del plantea. Así, las smartbooks, al igual que los smartphones, tienen mayor conectividad porque gozan de la cobertura de las redes celulares actuales, mientras que las netbooks dependen mayormente de la cobertura WiFi, mucho más localizada.
Entre los fabricantes de smartbooks basadas en Snapdragon, hay varios que ofrecen equipos con Atom. Esto significa que Intel tendrá ahora más competencia en el terreno de la ultramovilidad . Y Qualcomm es un rival de cuidado porque tiene un activo clave en el terreno de la movilidad: su control sobre las tecnologías 3G. Se va a poner lindo.
La comparación con esta hierba no es peyorativa, sino que marca que se trata de un bien que resistió sin sobresaltos las condiciones adversas a nivel macroeconómico. Este año el mercado cerrará con unos 2,5 M de unidades vendidas, entre desktops y portátiles, mostrando un avance de casi el 10% respecto de 2008. No obstante, la suerte fue dispar según el formato de la PC.
Las desktops muestran un retroceso por primera vez luego del fatídico 2002, del orden del 7%. Pero esta caída se vio más que compensada con el avance de las portátiles (notebooks y netbooks), que crecieron un 59%, superando las 900 mil unidades. Ambas cifras no hacen más que confirmar lo que ya se venía adelantando desde hace unos años: la sustitución de las desktops por las portátiles, personificando estas últimas de manera más acabada el concepto de computadora “personal”.
El año próximo esta tendencia no hará más que profundizarse, si bien se esperan mayores compras del sector corporativo que este año se tomó un respiro como consecuencia de presupuestos hechos a fines del 2008, cuando había estallado la crisis financiera internacional. Pero las portátiles mantendrán su marcha, no sólo por la creciente popularidad de éstas, que ya no son vistas como bienes suntuarios, según surge del informe “Consumo de notebooks y netbooks en el segmento individuos - 2009”. También el año próximo impactarán la ejecución de algunas licitaciones vinculadas a la educación, que aseguran un piso de 250.000 netbooks que se entregarán en el 2010.
Con este panorama, el 2010 podrá cerrar con unas 3 M de unidades, con una distribución 50/50 entre desktops y portátiles. Esta relación pareja se verá potenciada por el impacto del impuesto tecnológico a los monitores LCD, lo que encarecerá a las desktops, cerrando aún más la brecha de precios con las portátiles que no paran de bajar. Así, el año próximo coronará a las últimas como las reinas de la computación personal.
Quizás el producto de mayor crecimiento durante este 2009 que llega a su fin haya sido el acceso de banda ancha móvil (BAM), o, dicho de otra forma, los módems 3G USB. La estimación es que el año cerrará con unos 600.000 accesos móviles, lo que equivaldría a un 15% del total (entre fijos y móviles). Aunque también hay que ser cautos, porque la BAM tiene un porcentaje de devoluciones alto, lo que surge de leer comentarios de usuarios en diarios, blogs y foros.
Así, y por ser una característica estándar en las notebooks desde hace un tiempo, la tecnología de conexión dominante es WiFi. Esta es útil dentro del hogar, permitiendo movilidad entre distintos ambientes y eliminando cablerío, y también fuera, especialmente en centros urbanos donde abundan los locales con conexión WiFi, la gran mayoría de éstos permitiendo el acceso en forma gratuita.
Por el momento, la BAM es utilizada principalmente por adultos, quienes por motivos laborales no pueden prescindir de la capacidad de conexión en todo momento y lugar. Esto surge del informe “Consumo de notebooks y netbooks en el segmento individuos - 2009”, recientemente finalizado por Carrier y Asociados. El resto de los usuarios de portátiles, si bien evidencian un alto nivel de conocimiento respecto de la opción y se muestran interesados a futuro, ven como desventaja el costo del servicio, al tiempo que recogen referencias y experiencias adversas vinculadas a la falta de velocidad y/o señal.
En este escenario, el modelo de venta de portátil (notebook o netbook) con una conexión de 3G subsidiada por parte del operador celular a cambio de un abono, no parece el camino más indicado para fomentar el desarrollo de la BAM. Además de los costos y desconfianza en la calidad del servicio, esta modalidad acota demasiado la elección del equipo. De este modo, pareciera haber más oportunidades para que el camino sea inverso: fabricantes y/o vendedores, haciendo un bundling de sus portátiles con opciones de BAM prepagas. De esta forma, la existencia de un abono no se convierte en una barrera de entrada. Si el servicio de BAM satisface las expectativas, habrá más chances de que ese usuario se comprometa eventualmente con un abono. Y para el usuario ocasional, que satisface mayormente sus necesidades vía hotspots, la disponibilidad de una conexión 3G prepaga siempre será un buen recurso para tener a mano.
Si bien el proceso de masificación de las portátiles (notebooks y netbooks) en Argentina empezó hace ya un tiempo atrás, no fue sino en el último año que estos equipos dejaron de ser un “lujo” de los segmentos altos y adultos para convertirse en un bien ya habitual en segmentos medios así como en los más jóvenes, que ven en la portabilidad y el uso personal un reflejo más fiel del uso que hacen de las computadoras.
Esta mayor popularidad (con ventas estimadas para este año aproximándose al millón de unidades) comienza a posicionar a las portátiles como un producto masivo, con las consecuencias lógicas de esta situación: demanda heterogénea, usuarios menos conocedores desde el punto de vista tecnológico, diferencias de enfoques en función de la edad. A esto se suma un importante desarrollo de marcas locales, lo que combinado genera un escenario distinto al que teníamos dos años atrás, en ocasión de nuestro último relevamiento cualitativo en la materia.
En este marco, el informe “Consumo de notebooks y netbooks en el segmento individuos – 2009” ayuda a entender este proceso, identificando los factores que lo influencian, con lo que resulta de gran ayuda para ajustar políticas comerciales y de marketing para poder llegar de la mejor manera al potencial comprador.
Ya no es ninguna revelación que las notebooks/netbooks son las vedettes del mercado de computadoras personales. Y esto no impacta únicamente al segmento masivo (a quien apuntan sus cañones los fabricantes y las cadenas de retail), sino también a las empresas. En el caso puntual de las PyME argentinas, también se observa el furor. Un 68% de las empresas cuenta con este tipo de equipos, evidenciando un avance sobre el 59% que hacía lo propio un año atrás. Esto surge del informe “Telecomunicaciones móviles en PyMEs: voz y datos – 2009” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
En cuanto a la conexión de las mismas estando fuera de la empresa, 3 de cada 4 lo hacen vía WiFi. Esto es así por diversos motivos: gratuidad, disponibilidad de hotspots en áreas urbanas, necesidades de conexión esporádicas que no justifican abonos.
No obstante, el uso de módems 3G para acceder a banda ancha móvil (BAM) también muestra un interesante crecimiento, habiendo pasado de ser utilizados por el 9% de las empresas con notebooks el año pasado a un 16% este año. A pesar de no ofrecer generalmente mejores velocidades que las que se pueden lograr vía WiFi con banda ancha fija, la BAM tiene la ventaja de prescindir de los hotspots, siendo así atractiva para usuarios que necesitan conectividad en movimiento regularmente.
El panorama se muestra alentador, no sólo porque las empresas cuentan con planes para aumentar la cantidad de notebooks sino también porque crece el interés por conectarlas vía BAM.
Esta combinación de atractivo por notebooks/netbooks y BAM permite prever una oportunidad para la venta conjunta de ambos productos, sea vía el fabricante del equipo o el operador del servicio. Eso sí, sería bueno que los dispositivos ya incluyan la electrónica para conectarse a 3G en forma nativa y no tener que cargar el módem 3G USB por separado. No es cool.
En el mercado argentino se está produciendo el desembarco de las herederas de las PC desktop. Se trata de las all-in-one, equipos que a primera vista parecen un gran monitor (20”, 22” o más), con teclado y mouse. En realidad, ese monitor alberga también a toda la electrónica (motherboard, procesador, memoria, disco), lo que le da a estas desktops una de las ventajas de las notebooks: reclaman poco lugar.
Las all-in-one prometen así desplazar a las desktop, que ya representan el 20% de las ventas de PC de escritorio en Europa (según datos de Intel). Así, las desktop tradicionales quedan en un sándwich entre las pequeñas y portátiles notebooks y netbooks y esta nueva propuesta de PC integrada.
Esto sin dudas es un llamado de atención para los ensambladores locales de PC de escritorio o cloneros. Las all-in-one se parecen técnicamente mucho a las notebooks: una pantalla LCD y demás componentes electrónicos de reducidas dimensiones ya integrados en un único paquete. Así, no es difícil imaginar que el mercado se repartirá de manera similar a lo que hoy sucede con las notebooks: grandes marcas internacionales importando sus productos terminados y marcas locales importando los barebones (el monitor integrado a la electrónica) para sumarle localmente los componentes más perecederos y a la vez diferenciadores: el procesador, el disco y la memoria. Así, los centenares de pequeños comercios y empresas que hoy viven de ensamblar PC de escritorio en una suerte de tecno-lego quedarán fuera de este negocio. No es cuestión de alarmarlos. Pero sí deben pensar seriamente cómo reorientarse para que el fin del ciclo de las desktop (tal como las conocemos hoy) no los deje con las manos vacías.
Un dato adicional. Con los nuevos esquemas impositivos, una all-in-one es una computadora, no un monitor (aunque se le parezca externamente). Así, no se verá alcanzada (hasta nuevo aviso) por el recientemente sancionado impuestazo tecnológico, cuya aplicación comienza a regir en diciembre y que sí incluye a las pantallas. Una razón adicional de preocupación para los cloneros.
El concepto de movilidad se encuentra en pleno proceso de explosión en el mercado de empresas PyMEs. Éstas incorporan no sólo más líneas, sino que se encuentran en la fase de expansión en el uso de servicios de datos, tanto desde terminales de mano como computadoras portátiles.
Para conocer mejor el estado de situación y actuar en consecuencia, el informe “Telecomunicaciones móviles en PyMEs: voz y datos - 2009” identifica y cuantifica las características de la demanda de servicios móviles de voz y datos en este segmento.
Luego de que notebooks y netbooks quedaran exceptuadas del alcance del impuesto a los electrónicos, los fabricantes locales del continente apuntan a redoblar su apuesta a la producción local.
Esta semana, el sitio Canal.Ar publicó una nota en la que se menciona que la empresa local Novatech (conocida principalmente por la fabricación de memorias) se apresta a comenzar la fabricación de motherboards (la placa principal que contiene toda la electrónica de una computadora) en su planta de San Cristóbal, en la ciudad de Buenos Aires.
La empresa desarrollará placas para albergar procesadores Intel Atom, lo que marca también una fuerte apuesta al desarrollo de netbooks locales, aunque no habría que descartar que fueran aplicadas a otros electrónicos basados en ese chip de bajo consumo energético.
Se trata del tipo de actividad más emparentada con la fabricación que con el ensamble. En otras palabras, una apuesta al desarrollo industrial de verdad.
A nadie escapa que las notebooks (netbooks incluidas) son las actuales estrellas del mercado informático. Han dejado de ser un producto predominantemente profesional para convertirse en uno masivo. Su penetración en hogares creció un 75% en el último año, pasando de unos 530 mil hogares a 920 mil. Así, la estimación es que superará el millón para cuando termine el 2009, alcanzando entonces el 10% de los hogares del país. Esto surge del informe “Telecomunicaciones residenciales 2009”, recientemente finalizado por Carrier y Asociados.
A diferencia de lo que sucedía en años anteriores, los últimos tiempos vieron duplicarse la presencia de notebooks en hogares de nivel socioeconómico medio (C2/C3). El avance se dio como consecuencia de una disminución de precios (tanto en términos absolutos como relativos) así como de un evidente cambio en las preferencias de los consumidores frente a las PC de escritorio.
Las portátiles son importantes en el impulso de las redes hogareñas ya que 2 de cada 3 hogares con más de una PC, cuentan con uno de estos equipos. Sin dudas potenciaron la popularización de la conectividad WiFi, que pasó de un 29% de las redes hogareñas un año a atrás al 53% en el presente.
El escenario del consumo de servicios de telecomunicaciones muestra disparidades en cuanto a su evolución, con algunos servicios en retroceso o estables y otros que mantienen interesantes tasas de crecimiento. Este panorama se combina con la cada vez más presente convergencia entre éstos, por lo que conocer su estado de penetración y desarrollo se convierte en un factor clave para mejorar cualquier propuesta que apunte al mercado residencial.
El informe “Telecomunicaciones residenciales 2009” describe este estatus, convirtiéndose en un punto de partida para operar bajo una realidad cambiante. El mismo identifica y cuantifica los cambios producidos en la demanda de servicios de telecomunicaciones.
En momentos en que el centro de atención en el Congreso gira alrededor de la ley de medios, lo cierto es que lo que se conoce como el “impuestazo tecnológico” todavía está merodeando, ahora nuevamente en Diputados. Es un buen momento para que quienes tengan que tratar esta ley chequear la información publicada esta semana en el sitio Infobae Profesional, bajo el título de “Impuestazo: la verdad que esconde Tierra del Fuego y el ‘corralito’ a las empresas”.
El artículo en cuestión aporta varios elementos y documentos que ponen en serias dudas las capacidades de Tierra del Fuego de poder absorber una mayor demanda de los productos que la ley pretende promover. De ser así, el impuestazo nunca tendría un mejor nombre, ya que el resultado sería seguir con niveles de importación similares a los actuales pero con mayor carga impositiva.
Desde el momento en que tomó control del escritorio, una de las principales críticas que se le hizo a Microsoft fue su tendencia a tratar de abarcar la mayoría de las aplicaciones principales en una PC: herramientas de oficina, navegador de Internet, cliente de correo electrónico, reproductor multimedia, etc. Pero si hay algo que donde Microsoft no se metía era en el tema virus. Hace unos años hizo un intento con OneCare, un paquete de herramientas de seguridad, que pasó sin pena ni gloria hasta que fue desactivado. OneCare no era gratuito, sino que competía con alternativas pagas, por lo que los usuarios dispuestos a pagar preferían hacerlo a un especialista y no a un generalista. Por todo esto, resultó interesante que esta semana se lanzara el Microsoft Security Essentials (MSE), un software gratuito que se ocupa de virus, spyware y otros tipos de malware.
Si bien no fueron explicitadas las razones por las cuales Microsoft se demoró tanto en lanzar un paquete de seguridad, se puede inferir que la masificación total de las computadoras expone como nunca antes a sus usuarios a los riesgos del malware. De hecho, uno de los principales argumentos de los defensores de las Mac es que están prácticamente libres de virus. Así, una PC con Windows es percibida como más insegura que una con Linux o una Mac. Ciertamente, una ventaja que Microsoft no puede permitirse otorgar.
Quienes se verán más afectados por el MSE no son los grandes nombres tipo Symantec, TrendMicro o McAfee, sino todos aquellos que producen antivirus gratuitos, como AVG, Avast. La mejor integración de MSE con Windows, tanto para su uso como actualización puede ser un atractivo. Además, por ser totalmente gratuito y no una muestra gratis de productos pagos más sofisticados, MSE no tendrá los mensajes de upgrade y otras molestias típicas de los antivirus gratuitos. Por otra parte, MSE no es un producto administrable remotamente, por lo que no es utilizable en ambientes corporativos.
En cuanto a las críticas, están quienes sostienen que los productos de Microsoft no se destacan en el rubro seguridad, pero ciertamente es mejor que nada y será un plus si es fácil de usar. La otra es que no se podrá instalar MSE en copias de Windows que no sean genuinas. Pero nadie puede negarle a Microsoft el derecho de desarrollar aplicaciones pensando únicamente en quienes son sus clientes y no simplemente usuarios, especialmente desde el momento en que existen versiones gratuitas que funcionan en copias ilegales.
Esta semana tuvo lugar una nueva edición de Expocomm, un clásico que en su versión 2009 se mostró considerablemente disminuido en cuanto a la exposición, percepción manifestada por visitantes y exhibidores por igual. En las charlas de pasillo las dudas es si este “bajón” se debe a un tema coyuntural (la famosa crisis, empresas involucradas en conflictos “políticos”) o si es más bien estructural (validez de la relación costo/beneficio de participar, necesidad de un evento cuando los anuncios son un continuo a lo largo del año, etc.). Sobre el Seminario, es difícil opinar sin haber concurrido a un número importante de charlas, si bien algunos temas generaban interés. Como sucede en este tipo de eventos de industria, hay un atractivo especial por la congregación de actores, lo que da lugar a ricos intercambios de información, tanto en las presentaciones como en la informalidad de los pasillos.
Por supuesto, no podían faltar dos temas centrales: el impuesto a los productos tecnológicos y la ley de medios, especialmente en lo que hace a la participación (o no) de las empresas de telecomunicaciones.
En el caso del denominado “impuestazo”, era lógico que el ambiente estuviera dominado por opiniones adversas, independientemente de si el interlocutor era un afectado directo o no. Un triste detalle de este proyecto fue la confirmación de que las notebooks y netbooks fueron retiradas de los alcances de los proyectados impuestos simplemente por la diferencia entre empleos perdidos en el continente versus aquellos generables en Tierra del Fuego. Si fuera por el impacto en el desarrollo digital, todavía seguirían incluidas en la pretendida norma. Una muestra de la miopía de nuestros legisladores. En fin…
Por el lado de la ley de medios, obviamente no había felicidad por la exclusión de las empresas de telecomunicaciones. La sensación que queda es que sacrificar el ingreso de éstas al negocio de los medios estaba previsto de entrada, ya que se aceptó esta modificación al proyecto original sin casi oponerse. No obstante, y visto el status actual del proyecto de ley, parecería ahora que todos los cañones apuntan a propiciar la promulgación de una nueva ley de telecomunicaciones. En realidad, y considerando la evidente diferencia entre contenido y transporte, sería razonable que la ley de medios se enfocara en el primer punto y que la de telecomunicaciones en el segundo. Pero como el ejecutivo y los legisladores no pueden distinguir claramente las diferencias entre uno y otro, hay chances de que se terminen votando engendros en cada materia.
Dicen que este tipo de eventos son reflejos de la industria a la que convocan. Si efectivamente es así, no hay dudas de que el 2009 no pasará a la historia como un gran año, sino aquel donde se pusieron en riesgo muchos logros. Esperemos que Expocomm 2010 sea exuberante (pero racional, tampoco repetir la locura de la burbuja tecnológica de los 2000).
Esta semana, Dell anunció la compra de Perot Systems, una empresa de servicios de IT fundada por Ross Perot, quien fuera candidato a presidente de los EE.UU. en dos oportunidades (por fuera de los partidos tradicionales) así como fundador (y posteriormente vendedor) de EDS. La operación fue por US$ 3,9 mil millones.
Para Dell se trata de una movida importante. El negocio de las PC ya no registra las tasas de crecimiento de antaño, y se ve amenazado por la progresiva independencia de Internet de estos dispositivos. Además, se trata de un negocio más sensible a los vaivenes económicos. Por su parte, el negocio de los servicios, basado en contratos de cierta permanencia en el tiempo, es más estable. A esto se suma la tendencia creciente a la tercerización de actividades no centrales a las organizaciones.
Como atractivo adicional, los principales clientes de Perot Systems son el gobierno y empresas de salud. Y justamente estas últimas serían unas de las beneficiadas si el gobierno de los EE.UU. avanza con su promesa de la digitalización de las historias clínicas.
Más allá de esto, y luego de haber fracasado en el intento por fabricar otro tipo de hardware, lo cierto es que de alguna manera Dell está siguiendo la estrategia que ya implementó HP, su principal rival en el mundo PC.
Si bien actualmente unos 3,5 millones de hogares en Argentina tienen acceso a Internet (lo que da una penetración del 35%), existen alrededor de 4,5 millones de PC conectadas en el segmento hogar. La diferencia se debe a que un 20% de los hogares conectados tiene 2 o más equipos, evidenciando la tendencia de la PC como dispositivo personal y no familiar. Esto surge del informe “Acceso a Internet y tecnología en el hogar 2009”, recientemente finalizado por Carrier y Asociados.
Uno de cada cuatro hogares conectados adquirió una PC en el último año, lo que equivale a poco menos de 900 mil unidades. Esta proporción sube al 39% en hogares con más de una PC.
En términos de actualización informática, algo más de la mitad de los hogares conectados cuenta con una PC de 2 o menos años. No obstante, la tendencia a la renovación del parque en hogares podría desacelerarse, ya que un 17% de los hogares manifiesta intenciones de adquirir una PC en los próximos 12 meses, lo que equivale a unas 600 mil unidades. El descenso en intención de renovación es más marcado en los niveles D, quienes fueron importantes impulsores del crecimiento de ventas de los últimos años pero que hoy se ven más afectados por la recesión y la inflación. En el otro extremo, quienes más intenciones de renovación demuestran son los hogares con hijos menores y aquellos donde hay más de una PC.
Es importante destacar que estas nuevas ventas de PC no harán demasiado por aumentar la cantidad de hogares informatizados ya que dos de cada tres entrevistados que planean comprar una nueva PC conservarán la que tienen, a diferencia de lo que sucedía antaño cuando los equipos renovados se vendían o regalaban, abasteciendo a nuevos hogares y produciendo una suerte de derrame que tiende a disminuir.
Mientras tanto, la suma de PC en el hogar fomenta la demanda por equipamiento para redes hogareñas. Éstas crecieron en un año de un 55% a un 69% en hogares con múltiples PC. La penetración de las redes crece con el nivel socioeconómico, llegando al 84% de los ABC1.
El combatido proyecto de ley conocido como Impuestazo Tecnológico tuvo esta semana un giro inesperado. La inclusión turbia de una cláusula que favorecería a un fabricante de acondicionadores de aire en particular (otro de los productos alcanzados) encendió una señal de alarma de nuevos problemas en puerta. Por lo tanto, se decidió que el proyecto volviera a la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Si bien no hubo muchas precisiones oficiales al respecto, circuló también la versión de que se volvería a incluir a notebooks y netbooks.
Quienes están más cerca del devenir del proyecto afirman que en realidad se intentará ponerlo en el freezer ya que genera mucha protesta de parte de los usuarios (que encontraron en los medios electrónicos una notable caja de resonancia para hacer oír su voz) y acusaciones de discriminación por parte de los fabricantes locales, lo que a su vez también preocupa a ciertos legisladores. Volver a poner a las notebooks que ya fueran quitadas cuando el proyecto fuera aprobado en Diputados, además de evidenciar serias necesidades fiscales, sería comprarse un problema adicional en el Congreso, particularmente en estos momentos de acalorados debates sobre leyes trascendentes. Aunque en realidad, en el gobierno no le hacen asco a eso de comprarse problemas innecesariamente.
La misma presidenta, quizás inconcientemente, dio motivos a quienes atacan a este proyecto de Ley durante la inauguración de un centro de soporte mundial de Symantec en el país que tuvo lugar esta semana. En su discurso, según recoge el diario Crítica, afirmó que “si uno compara las industrias de mayor crecimiento en exportación ha sido el sector informático el que más creció a la par de la industrialización y es por eso que tenemos una posición expectante en el mundo en este tipo de negocios". De esta forma, le da la razón a quienes sostienen que encarecer la tecnología atenta contra el desarrollo de actividades, tanto de consumo interno como exportadoras, que necesitan de ésta para generar productos y servicios.
Una interesante definición sobre lo que está pasando últimamente en Argentina fue una frase que dejó un lector en un comentario, al actualizar la famosa frase de “alpargatas sí, libros no” por “fútbol sí, tecnología no”.
Alcanza con mirar las publicidades en diarios y revistas, así como las promociones de bancos y tarjetas de crédito para darse cuenta de que las notebooks/netbooks (una diferencia muy sutil y prácticamente inexistente a ojos del consumidor) son cada vez más un producto masivo y ciertamente objeto de deseo. Así, muestran tasas de crecimiento muy por encima de las PC de escritorio que, como consecuencia de la atracción de las portátiles, tienden a caer, tanto en términos relativos como absolutos.
Actualmente, un 20% de los hogares conectados a Internet cuentan con al menos una portátil, valor que sube al 58% cuando se considera únicamente a aquellos hogares con más de una PC. Esto surge del informe “Acceso a Internet y tecnología en el hogar 2009”, recientemente finalizado por Carrier y Asociados.
El hecho de que ya no sea un bien suntuario se observa en que el porcentaje de penetración es similar en los niveles socioeconómicos ABC1 (alto y medio alto) y C2/C3 (medios), con un 33% y 31%, respectivamente.
Por supuesto, y de la mano de la baja de precios constante, las notebooks seguirán avanzando en su dominio de la escena informática, ya que entre quienes planean comprar una PC en los próximos 12 meses, un 54% se inclinará por una notebook. El atractivo por las notebooks es más fuerte en los hogares con más de una PC y donde ya hay una máquina de estas características, confirmando que el paso de una desktop a una notebook es un viaje de ida.
Este parece ser el lema de Nokia, que esta semana dio la nota con dos anuncios que llevan a la empresa finlandesa a trascender las fronteras de su actividad.
Por un lado, y tal como se venía rumoreando desde hace meses, lanzó una netbook, la Booklet 3G, con la que intenta sumar un nuevo dispositivo conectable a la red móvil. El equipo, si bien muy bonito, no es de esos productos que marcan un quiebre en la industria (Intel Atom, Windows, 3G, WiFi, AGPS). Sí aporta algo del software Ovi que tanto impulsa Nokia. Pero en definitiva, se trata de una opción más en el cada vez más concurrido mercado de netbooks.
Más interesante resultó el anuncio de que el año próximo lanzará Nokia Money, un sistema de pagos móviles con el que apunta a mercados emergentes, pensando en usuarios sin experiencia en servicios financieros. El planteo de Nokia es que así como hay 4 mil millones de celulares en el mundo, sólo hay 1,6 mil millones de cuentas bancarias. Esta diferencia es la que marca el potencial para servicios financieros básicos.
La idea es que el consumidor pueda enviar dinero a otra persona simplemente conociendo su número de celular, así como pagar a vendedores por bienes y servicios, pagar facturas de servicios o recargar saldo en sus líneas móviles. Para ello, la empresa creará lo que se llamará agentes Nokia Money, donde los usuarios podrán depositar y retirar dinero de sus cuentas. Algo así como una sucursal bancaria.
El concepto de Nokia Money marca un nuevo paso en la separación entre operadores y proveedores de terminales específicamente a nivel de servicios a dar sobre la red de los primeros. El primero fue Apple con su iPhone descargando directo desde iTunes sin que el operador vea un peso (o un dólar). Luego fue la avalancha de tiendas de aplicaciones que los distintos fabricantes fueron lanzando. Ahora son los servicios financieros.
Dependerá del cristal con que se mire. Para algunos, es estirar una agonía que lleva a un muerte lenta, pero segura. Para otros, mientras hay vida hay esperanza. Se trata no de una enfermedad (o quizás sí) sino del tristemente famoso “impuestazo tecnológico”, cuyo tratamiento no pudo lograrse para esta semana en el Senado. Ahora, la nueva fecha sería el 2 de septiembre. Mientras tanto, y como venimos haciendo desde hace ya varias ediciones, este tema sigue dando tela para cortar.
A simple vista, algo que es llamativo de este proyecto de ley es la asimetría numérica entre quienes están a favor y en contra del mismo. A favor sólo se escucha la voz de los políticos más involucrados, especialmente los de Tierra del Fuego (algo obvio) así como del presidente de AFARTE (Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica). Después, poco y nada. En contra, en cambio, están no sólo las cámaras que agrupan a empresas afectadas, tanto nacionales como extranjeras, tales como CICOMRA y CAMOCA, sino también ONG que bregan por el desarrollo digital en el país. Además, se sumaron espontáneamente miles y miles de usuarios ya sea en blogs, grupos de Facebook, comentarios de lectores en las versiones online de los diarios y hasta cadenas de SMS. La misma instalación del nombre “impuestazo tecnológico” en los medios evidencia la percepción negativa de la medida en cuestión.
Otro aspecto a considerar es la variedad de falacias esgrimidas para defender el impresentable proyecto. Entre éstas, quizás la más descarada de esta semana sea la utilizada por el presidente de AFARTE, quien muy suelto de cuerpo en una entrevista concedida a Canal.AR afirmó que la norma “no afecta a los consumidores”. Como suponemos que debe saber matemática, y que un producto que sube un 30% su precio por efecto de nuevos impuestos sí afecta al consumidor, la explicación debe ser otra. Debe suponer que, de un día para el otro, Tierra del Fuego estará en condiciones de fabricar los 10 millones de celulares que se vendieron el año pasado (con toda su amplitud y variedad de modelos), más los casi 2 millones de monitores, más todos los demás electrónicos alcanzados por el proyecto de ley. Hasta tanto esto no ocurra, el mercado deberá abastecerse de productos importados (más caros por efecto de esta ley), o de productos nacionales, que también serán más caros, pero en este caso por efecto de oferta y demanda. Y si no lo son, será porque la demanda no acompaña la suba de precios.
Hay un impacto adicional que la medida podría tener que sin embargo no tuvo mayor difusión. Con el aumento que se registrará, al menos inicialmente, en los monitores de LCD (que hoy acompañan a la mayoría de las PC de escritorio nuevas), se estaría asestando un duro golpe a los cientos de ensambladores de desktop que hay en el país y que el año pasado ensamblaron (o fabricaron) más de 1,5 millón de unidades. El aumento de precio en el monitor impactaría en aproximadamente un 10% del precio total de la PC, prácticamente equiparando al costo de ésta con el de una notebook. Así, el negocio de ensamblar PC de escritorio se vería seriamente afectado por una migración aún mayor a la actual de los usuarios hacia las notebooks, alcanzando a cientos de pequeñas empresas y comercios que viven de las desktops. No es que esto no fuera a ocurrir de todos modos por el avance natural de las notebooks, sino simplemente que se aceleraría y ya no por la fuerza del mercado sino por la voracidad fiscal.
Para terminar, al menos por esta semana, un dato curioso respecto de AFARTE. Se trata de una asociación de fabricantes de productos tecnológicos que no tiene siquiera un sitio en la Web. O al menos, no pudimos encontrarlo a través del todopoderoso Google. Y pensar que esta asociación es quien pretende concentrar la producción de tecnología en el país…
Con el objetivo de determinar y cuantificar las características del acceso a Internet y consumo de tecnología asociada desde el hogar, Carrier y Asoc. realizó una investigación de mercado entre usuarios de Internet, independientemente de su lugar de acceso (hogar, cibers, trabajo, etc.). Para ello, fueron relevados 842 hogares a nivel nacional. En el mismo, entre otros temas, encontrará:
- Características de los usuarios de Internet (independientemente del lugar de acceso)
- Ámbitos de acceso (hogar, ciber, trabajo, etc.)
- Características de los hogares con acceso
- Penetración de PC y notebooks en el hogar
- Renovación de PC y notebooks
- Uso de redes hogareñas
- Uso de dispositivos de acceso distintos a la PC
- Consumo de video juegos en PC y consolas
- Cuantificación y descripción del trabajo desde el hogar y existencia de oficinas hogareñas
- Permeabilidad hacia el Triple Play
La metodología utilizada fue la de entrevistas telefónicas, atendiendo a una estratificación previa de la muestra por nivel socio económico (NSE) y zonas (AMBA e Interior).
En la última semana, diversas noticias podrían llevar a presentir que el proyecto de ley que aplicaría nuevas alícuotas a determinados impuestos que afectan a los electrónicos (alias “el impuestazo tecnológico”) podría sufrir modificaciones, si no su rechazo total.
Primero fue CAMOCA quien le bajó el pulgar a la gobernadora de Tierra del Fuego. Pero no fue un rechazo total sino que dejaron la puerta entreabierta con su sugestivo “la ley no puede sancionarse tal como está”. O sea, no hay un rechazo total. ¿Pensarán en extender los beneficios a toda la producción nacional?
Esto parece empalmarse con otra noticia, según la cual el polémico Secretario de Comercio estaría considerando modificaciones al proyecto para quitar de la lista de los productos afectados a las notebooks. Es justamente el caso de las portátiles lo que más revuelo levantó, ya que varias empresas locales se encuentran fabricando dentro del territorio continental argentino, con lo que el proyecto original produciría un daño real contra la industria nacional a favor de la industria fueguina.
Finalmente, una noticia que en otro momento hubiera pasado desapercibida pero que en este contexto es significativa es el anuncio de PC Arts (fabricante de los equipos con marca Banghó) abriendo una nueva planta en Córdoba. Esto puede interpretarse como una confianza absoluta en que la ley tal como fue presentada no será aprobada.
De todos modos, en medio del diálogo con la oposición y ante tantos temas más de fondo para el país, pasará seguramente un buen tiempo antes de que la ley tal como fue presentada en el proyecto o alguna versión modificada pueda ser tratada en el Congreso. Por ahora entonces, no hay que apurarse a salir a comprar antes de que suban los impuestos (aunque alguno quizás quiera hacerlo antes de que trepe el dólar).
Gran hermano: Los usuarios del Kindle de Amazon se sorprendieron cuando la empresa borró de su lector de libros electrónicos copias adquiridas de 1984 y Rebelión en la granja de George Orwell por carecer de los derechos de venta de las mismas. Parece que no se compra el libro, sino el derecho a leerlo (y hasta ahí nomás). [El País]
It’s alive!: Si bien muchos están convencidos de que el Rey del Rock murió, algunos lo vieron chequeando su pasaporte en un aeropuerto holandés. Los pasaportes digitales pueden mejorar algunos aspectos de seguridad, pero siguen siendo vulnerables a un vulgar hackeo, actividad inseparable de la informatización. [ZDnet]
Chivito gratis: Dicen que Twitter gastaría 55 millones de dólares por publicidad en un mes si pagara por la cobertura que los medios de comunicación hacen sobre la plataforma de microblogging. Para darse una idea, Microsoft gastará alrededor del doble en promocionar al buscador Bing. Claramente, capitalizaron la fiebre de Twitter entre los periodistas.[TechCrunch]
Esta semana, Google impactó mediáticamente con el anuncio de su sistema operativo Google Chrome. Se trata básicamente de una versión reducida de Linux que incorpora un navegador (justamente, el Chrome de Google) y que apuntará inicialmente a las netbooks pero que esperan llegue luego a todo tipo de computadoras (portátiles y de escritorio). Para las aplicaciones, Google apuesta fuerte al concepto de computación en las nubes (cloud computing), donde espera descollar con sus aplicaciones tales como Gmail, Google Docs, Blogger, etc.
El anuncio generó reacciones dispares. Los medios en general, tanto especializados como generales, lo presentan en términos de gran combate de fondo digno de Las Vegas o Atlantic City: Google vs. Microsoft, lucha de gigantes, etc. Aunque son enfoques atractivos, el anuncio merece un análisis más en detalle.
Si bien hay mucha excitación alrededor del nuevo sistema operativo desarrollado (mejor dicho, a desarrollar) por Google, conviene repasar la historia reciente. Menos de un año atrás, había mucha expectativa con el lanzamiento de las primeras netbooks, muchas de las cuales usaban Linux con el mismo concepto detrás de Google Chrome: los usuarios tendrán sus aplicaciones y contenidos en la red, por lo que alcanza con un sistema operativo básico y un buen navegador (en estos casos se trataba de Firefox). Pero el furor duró muy poco. El mercado siguió demandando Windows, y hoy la mayoría de las netbooks viene con la versión XP ¿Qué pasó? Los usuarios no saben o no les interesa el concepto de cloud computing. Simplemente quieren tener la misma experiencia en las netbooks que en notebooks y desktops (más detalles en “Desvirtuadas”). Es justo hacer notar, no obstante, que existe una diferencia entre el Linux de las primeras netbooks y el Chrome OS. Este último estará respaldado por Google, quien tendrá que utilizar su capacidad de marketing no sólo para promover su producto sino, más importante aún, para evangelizar respecto de las bondades de la computación en la red.
Desde un punto de vista estratégico, el tema despierta también ciertas inquietudes. Ya no queda claro si Google es una empresa de medios (a fin de cuentas, sus ingresos son casi exclusivamente por publicidad) o de software (que tiende a ofrecer gratis, como Gmail, Google Earth, el navegador Chrome, Android y ahora Chrome OS). Y esto se encuadra en su lucha contra Microsoft, donde uno, Google, representa la era de la red y el otro, MS, la era de las PC.
Google tiene por delante una ardua tarea de evangelización, que seguramente será más fácil en la medida en que crezca el número de nativos digitales acostumbrados a tener sus cosas en la red: un webmail, sus fotos en Facebook o Fotolog, sus videos en YouTube, etc. Pero convencer a los usuarios a que abandonen lo que conocen, Windows, por algo nuevo, Chrome OS, llevará tiempo y esfuerzo. En el caso de Microsoft, es cierto que el nuevo mundo atenta contra su negocio tradicional, pero grande y pesada como es, la empresa hace esfuerzos por actualizarse, preparando una versión online de Office y también una versión de sistema operativo similar a lo que propone Chrome.
Mientras tanto, está sorprendiendo con la respuesta hacia su nuevo buscador, Bing. Si bien este está aún lejísimos de hacerle sombra a Google, también marca una realidad. Los usuarios pueden cambiar de buscador con sólo un click, así como cambiar su página de inicio de Google a Bing con igual facilidad. Pero será mucho más trabajoso lograr que cambien de sistema operativo. Si bien todavía falta un año para su llegada al mercado, es de esperar que los primeros en subirse a Chrome sean los usuarios de Mac (ya que Apple se resiste a lanzar una netbook), los de Linux, y los curiosos de siempre que hoy usan Windows.
Que quede claro. La computación en las nubes es sin dudas la tendencia a mediano y largo plazo. Pero en lo inmediato, el debate de cuál es mejor desde la perspectiva técnica es estéril. Lo importante será lo que decida el mercado, que siempre tiene la última palabra.
Esto es lo que parece decir la gobernadora de la provincia de Tierra del Fuego, quien durante la semana estuvo en el Congreso para reclamar la sanción de la ley que otorgaría beneficios impositivos a la fabricación de determinados electrónicos en su territorio, más conocida como el “impuestazo tecnológico”.
No obstante, en su pedido ante legisladores, los argumentos hechos públicos por la gobernadora no fueron los más sólidos. La misma declaró que “no venimos a pedir privilegios sino a garantizar puestos de trabajo”. Esta afirmación es doblemente falsa.
Por un lado, sí se trata de un privilegio. Etimológicamente, e imitando a Mariano Grondona, la palabra proviene de la conjunción de los términos latinos “privus” y “legis”, lo que equivale a ley privada. Es más, la Real Academia lo define como “exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia”. En definitiva, una ley que favorece a la provincia en detrimento de las demás y además, de los consumidores, es sin dudas un privilegio.
Por otra parte, tampoco se trata de garantizar puestos de trabajo. Por un lado, porque llevar la producción de electrónicos a esa provincia implicaría perder los que hoy genera la fabricación local en el continente. Por el otro, porque se supone que la ley serviría para generar nuevos puestos, no para mantener los actuales.
Yendo al tratamiento del proyecto, surgen dudas sobre la acogida que el mismo pueda tener en el Congreso, especialmente luego de las elecciones legislativas que configuraron un nuevo mapa político. Cabe recordar que los representantes de Tierra del Fuego votaron a favor del adelantamiento de las elecciones, apoyando al oficialismo, quien salió bastante maltrecho de la contienda. La pregunta es si habrá ánimos de apoyar a una provincia gobernada, supuestamente, por la oposición pero que favoreció al oficialismo. Y con la derrota de este último, la provincia quedó del lado de los debilitados. El tema será difícil no sólo por la potencial pérdida de puestos de trabajo en el continente, sino porque en un panorama recesivo, aumentar impuestos es una medida poco popular.
Por lo pronto, el presidente del bloque oficialista en Diputados prometió tratar el proyecto en la próxima sesión, a principios de agosto. Habrá que ver entonces cuál fue el reacomodamiento político del Congreso luego de las elecciones. Continuará…
A pesar de que el tema parece haber entrado en el freezer hasta al menos después de las elecciones legislativas, el proyecto de ley conocido como “impuestazo tecnológico” sigue generando noticias. En una evidente campaña de prensa destinada a revertir la imagen negativa de la medida, AFARTE (cámara que nuclea a los fabricantes de Tierra del Fuego) comunicó a los medios sus diferentes “concesiones” para que finalmente se apruebe una ley que favorezca a la fabricación en Tierra del Fuego.
Haciendo gala de una gran habilidad para transformar estas concesiones en beneficios para sus miembros, los directivos de AFARTE explicaron que hicieron llegar a la Secretaría de Comercio Interior (curioso, ya que el proyecto surgió originalmente de la de Industria…) sus propuestas.
Una es proveerles al resto de los fabricantes locales los monitores de PC al mismo precio que importan. Si la calidad fuera la misma que la de los importados, para los fabricantes sería indiferente. Sin embargo las empresas radicadas en Tierra del Fuego se asegurarían automáticamente una demanda importante, de no menos de 1,5 millón de unidades anuales (tomando como referencia las computadoras de escritorio vendidas los últimos 2 años). Nada mal para arrancar.
Por otra parte, aceptarían incluir un 25% de memorias nacionales en las notebooks que fabricarán en Río Grande y Ushuaia. Siendo que la movida se encuadra dentro de la lógica de la sustitución de importaciones y de la producción nacional, no tiene mucho sentido este tope. Deberían incluir todas las memorias que la industria nacional les pueda proveer y recién después acudir al mercado internacional.
También mencionaron la posibilidad de reabrir el régimen de radicación de nuevas compañías en Tierra del Fuego para que cualquier firma pueda producir en la isla. Y, para facilitar la transición (las plantas no se instalan y comienzan a operar en un día), se comprometen a fabricarles a los terceros “al costo” hasta tanto tengan producción propia. Así, nuevamente se aseguran demanda (al menos inicialmente). Sería bueno que aclarasen si el costo mencionado incluye la retribución al empresario, tal cual lo considera la teoría microeconómica.
Dentro de la variedad de artículos publicados en diversos medios, surgió una interesante declaración en una entrevista concedida al sitio Infobae Profesional por parte del presidente de AFARTE. Emulando a algunos políticos que en vez de seducir intentan lograr adhesiones en base al temor, el dirigente aventuró que “si las laptops (o notebooks) no comienzan a producirse en Tierra del Fuego, con seguridad van a desaparecer del continente; por ello, si quieren competir deben venir sus fabricantes a instalarse en este distrito fueguino”. Una afirmación que, por apocalíptica, merecería una ampliación en sus fundamentos.
Lo que en algún momento parecía que constituiría una nueva categoría en dispositivos conectables se transformó rápidamente en algo existente. Es el caso de las netbooks, que hoy, y pesar de su nombre, no son más que simples subnotebooks. Esto que parece un trabalenguas, es fácil de explicar.
Cuando se comenzó a hablar de netbooks, la idea era que fuera un equipo orientado principalmente a la conectividad, pensando no tanto para usar WiFi sino las redes celulares, de 3G en adelante, por lo que incluirían en forma nativa capacidad para aceptar chips de celulares o incorporando la electrónica necesaria para conectarse a otro tipo de redes. Era un dispositivo que brillaría en un modelo de cloud computing, por lo que tampoco incluían mucho almacenamiento. Apenas algún “disco” en base a chips de memoria, con lo que su capacidad de almacenamiento no superaba los 8 o 16 Gb. La idea era que los datos estuvieran mayormente en la red y no en el equipo, tal como sucede hoy para quienes usan Gmail, Hotmail u otros servicios de mail basados en la web por oposición a Outlook u otras aplicaciones de mail que se instalan en los equipos. Lo mismo sucedería con otras aplicaciones. Por este motivo, se pensó que sería un territorio fértil para Linux, ya que a fin de cuentas, el sistema operativo no contaba tanto. Alcanzaba con que tuviera instalado un buen browser o navegador.
Pero el mercado, que suele tener la última palabra, no lo entendió así, sino que vio en las netbooks a una notebook mucho más transportable. Por lo tanto, comenzó a demandar capacidad de almacenamiento y, como la idea era usar las mismas aplicaciones que en las PC de escritorio o notebooks, también el procesador debía ser más poderoso. Y, ya que estamos, demandaban pantallas más grandes. Todo esto hizo, además, que su precio no estuviera tan lejos de las notebooks, solapándose de hecho en varios casos. Y así terminamos en lo que son hoy, notebooks más pequeñas, que pertenecen a la existente categoría de subnotebook por su menor tamaño.
Esto hizo también que la gente no quisiera saber nada con Linux sino que esperara una interfaz que ya conoce: Windows. Entonces, lo que se presentaba como una amenaza para Microsoft se convirtió en una oportunidad. Ni lerdos ni perezosos, los herederos de Bill estiraron la vida comercial de XP (que respondía mejor que Vista en esas configuraciones) y bajaron notablemente su precio (el precio de la licencia se encuentra alrededor de los US$ 15). Por su parte, Linux perdió la batalla porque más allá de lo que el público demanda, la misma naturaleza abierta y sin dueño de este sistema operativo hizo que no hubiera un apoyo comercial/promocional/marketinero detrás que pudiera hacerle frente a Microsoft. Algo con lo que ningún vendedor de Linux puede competir.
Esta mutación de las netbooks hacia notebooks no hizo más que extender el dominio WinTel (Windows e Intel) a esta nueva/vieja categoría. Así, versiones con Linux o próximamente con Android, y con procesadores tipo ARM, quedarán posicionadas como “quiero y no puedo”, a no ser que empresas con capacidad de marketing y financiera estén dispuestas a evangelizar seriamente respecto del concepto original de una netbook y sus usos. Y sólo los operadores de redes móviles podrán hacerlo, si es que consideran que la propuesta tiene sentido. De no ser así, las netbooks, tal como fueron concebidas originalmente, habrán sido un sueño de una noche de verano.
Siguen las novedades respecto de lo que ya se conoce como “impuestazo tecnológico”. Luego de no haber podido tratar el proyecto de ley en el Congreso, lo que postergaría su tratamiento para después de las elecciones, y ante la masiva oposición a la medida (sólo están a favor el oficialismo y las pocas empresas beneficiadas instaladas en Tierra del Fuego), parecería que se está estudiando reformular la propuesta para que sea más digerible. Al menos eso es lo que se desprende de un artículo publicado esta semana en el diario El Cronista según el cual el omnipresente Secretario de Comercio Interior habría tomado cartas en el asunto. El objetivo sería lograr un proyecto que no genere tanta oposición en un momento donde no le hace falta en absoluto al gobierno.
Básicamente, lo que se estaría analizando son dos alternativas. Una es la posibilidad de extender el beneficio a todos los productores nacionales, independientemente de su ubicación geográfica. La otra, facilitar la radicación en Tierra del Fuego de las empresas que fabrican en otros distritos del país.
La primera alternativa, extender los beneficios a todo el país, es la razonable, dentro de un esquema proteccionista. Es decir, es lógico que si se quiere fomentar y proteger a la industria nacional los beneficios sean independientes de su ubicación geográfica, especialmente tratándose de una actividad que ya está operando en diversos distritos del país. En este caso habría una discusión ideológica entre aperturistas y proteccionistas. Y como toda discusión ideológica difícilmente se llegue a un acuerdo. En algunos aspectos, las ideologías son como las religiones. Hay bastante de fe, con lo cual es tan difícil que un aperturista se haga proteccionista como al revés. Una discusión interesante desde el punto de vista intelectual, pero poco fructífera desde la perspectiva práctica. Pero más allá de esto, esta alternativa implicaría un gran revés para Tierra del Fuego, a pesar de su apoyo al gobierno nacional en el adelantamiento de las elecciones. Habría que buscar otra forma de compensación.
La segunda alternativa, ampliar el listado de empresas a instalarse en Tierra del Fuego y gozar de los beneficios fiscales, no es tan sencilla como parece. Por un lado hay muchos costos involucrados: cerrar las operaciones en el continente, indemnizando a los despedidos y/o haciéndose cargo de los costos del traslado de los trabajadores, montar una línea de producción y la infraestructura necesaria para operar en la provincia más austral de Argentina, reformular la logística y distribución, y otras más. Todo esto sin considerar las inversiones en infraestructura necesarias para absorber la población que se radicaría en la isla y que deben estar a cargo del Estado en alguno de sus niveles. O sea, todo muy lindo en los papeles, pero como reza el dicho, “el diablo está en los detalles”.
Más allá de la alternativa que se siga, hay dos objeciones que se le puede hacer al espíritu del proyecto. La primera, remarcando que es fruto del aporte de Carlos, lector de Comentarios, es que la promoción industrial basada en impuestos a la venta sólo se aplica para el mercado interno, ya que los mismos no se aplican a la exportación. Así, no puede lograrse una industria local que sea competitiva internacionalmente. El punto está más ampliado en el comentario publicado en el blog.
La segunda, es que con este modelo (más allá de la “fragancia” por la cual se opte) se vuelve a caer en el error de pensar al sector tecnológico como sector industrial y no como generador de valor agregado. En otras palabras, Argentina puede beneficiarse mucho más agregando valor a su producción en base a tecnología que fabricando electrónicos para el mercado interno. La prueba está en el desarrollo reciente de toda una gama de servicios exportables, como son los contact centers, las empresas desarrolladoras de software o los proveedores de tercerización de servicios. Todas actividades basadas en las TIC, gracias a la combinación de infraestructura tecnológica y recurso humano capacitado. Y de más está decir que así como agregan valor a la producción exportable, también generan competitividad de la economía y ayudan notablemente a la integración y movilidad social.
Para ser más gráficos, si nos situáramos en la segunda mitad del siglo XIX, estaríamos preocupados en fabricar durmientes y rieles en vez de en desarrollar una infraestructura de ferrocarriles para mover lo producido por el país. No está mal en absoluto que como país fabriquemos rieles y durmientes, pero no debe ser a costa del desarrollo de la infraestructura.
Una última observación es que, más allá de si se extiende el beneficio a todas las empresas nacionales o a aquellas radicadas en Tierra del Fuego, lo que sí es seguro es que los precios de los bienes involucrados subirán igual.
Esta semana, Cisco y el Ministerio de Trabajo anunciaron un programa piloto para promover el teletrabajo. El anuncio motivó que se publicaran algunas cifras generadas por Carrier y Asociados relativas a este tema pero que fueron malinterpretadas. El tema se agravó porque las mismas fueron reproducidas por diversos medios, por lo que consideramos conveniente aclarar el punto.
Básicamente, lo que hicimos público fue que existen actualmente 1,2 millón de hogares donde al menos uno de sus integrantes trabaja desde allí. Llevado a personas, se llega a que aproximadamente 1,8 millón de personas trabajan en su hogar. Esto incluye a aquellos que realizan en su hogar su principal actividad laboral, lo que tienen una segunda actividad paralela a un trabajo convencional y, los menos, quienes tienen un trabajo convencional y lo completan desde su hogar.
Por otra parte, y aquí viene la confusión, en la información que facilitamos a los organizadores del evento, publicamos que uno de cada cuatro hogares (25%), había un espacio dedicado a esta oficina hogareña. Pero este dato se considera tomando como base a los hogares donde hubiere un teletrabajador. Lamentablemente, y probablemente por no haber sido lo suficientemente claros en la redacción, este dato fue tomado como que uno de cada cuatro hogares del país tenía una “ciberoficina”. Claro que de ser así, estaríamos hablando de 2,5 millones de “ciberoficinas” y no de 300.000 (como surge de aplicar el 25% al 1,2 millón).
Más allá de esta confusión en las cifras que esperamos haber aclarado, resulta evidente la tendencia creciente de esta modalidad de trabajo, que tuvo un avance de alrededor del 20% en el último año. Las razones del fenómeno son muchas. Una es la masificación de tecnologías informáticas y de comunicaciones que proporcionan una infraestructura similar a la que hay en las oficinas tradicionales, pero otorgando una mayor flexibilidad, que se adapta mucho mejor a la vida moderna. La otra es el desarrollo del sector servicios, mayormente vinculados al conocimiento, el cual puede ser generado y distribuido desde cualquier lado.
Para la oferta, lo interesante es que se trata de un mercado que es más intensivo en su consumo tecnológico, con mayor tendencia a tener segundas computadoras, notebooks, líneas adicionales, etc. Así, este fenómeno encierra también un interesante negocio si se lo logra abordar convenientemente.
Esta semana fue rica en novedades relativas a lo que ya se conoce como “impuestazo tecnológico”, es decir, la suba del IVA y la aplicación de impuestos internos a distintos bienes tecnológicos que no sean producidos en Tierra del Fuego.
Resultó interesante lo que sucedió con las declaraciones del presidente de AFARTE (que agrupa a los fabricantes del Tierra del Fuego) el martes al diario Clarín, bajo el título de “Electrónica: los industriales llegan a un acuerdo por Tierra del Fuego”. Por un lado, la nota habla de un acuerdo entre los fabricantes radicados en esa provincia y aquellos que están en el continente, pero siempre en el país. Claro que esto duró sólo unas horas, hasta que CAMOCA, cámara que agrupa a los fabricantes “continentales” entre otros, emitió un comunicado desmintiendo tal acuerdo.
Por otra parte, el mismo artículo da a entender que el supuesto acuerdo fue realizado entre los empresarios, por lo éstos serían quienes deciden en definitiva quién se puede acoger a los beneficios de producir en Tierra del Fuego y no las autoridades estatales. Algo así como la privatización de las políticas industriales. Notable.
El representante de AFARTE también dio una entrevista al diario Página/12, donde cometió la irresponsabilidad de decir que “la notebook no es un producto suntuario, es una herramienta de trabajo para personas de ingresos altos”. O sea, si bien acepta que es una herramienta de trabajo, la asocia con personas de ingresos altos. ¿Será que no se enteró de que también las empresas, de todo tamaño, compran notebooks? ¿Tampoco se enteró de que cada vez son más los integrantes de sectores medios que compran notebooks (o ahorran para ello)? Una demostración de desconocimiento del mercado pasmosa. Pero la cosa se pone peor cuando afirma: “¿con qué impuesto las grava? Como ya existe una ley de Impuestos Internos, es más fácil incluirlas ahí que inventar otro gravamen”. Así, demuestra una ligereza en el manejo tributario que explica muchas cosas.
Finalmente, en lo que hace al tratamiento de la ley en el Congreso, tropezó esta semana al no lograr el quórum necesario (no olvidar que los muchachos/as están en campaña por lo que se reúnen poco para sesionar… hay cosas más importantes) y quienes siguen de cerca el acontecer parlamentario sostienen que no será tratada hasta después de las elecciones. Habrá que ver qué sucede políticamente entonces ya que de hecho, aún dentro del propio oficialismo, hay dudas respecto de la conveniencia de la medida. No hay que olvidar también que distritos importantes como la Capital, Buenos Aires y Santa Fe, entre otros, ya tiene fábricas produciendo en su territorio, las cuales se verían muy afectadas de aprobarse la ley.
Lo cierto es que el proyecto de ley generó una oposición cerrada. Sólo fue defendido por AFARTE y unos pocos de los voceros del oficialismo contra el resto de las cámaras y el público en general (basta con leer comentarios de lectores en los diarios, grupos de Facebook y blogs creados a tal efecto). Así, quienes siguen el tema político creen finalmente que el proyecto quedará en la nada. Sería un desgaste innecesario para el gobierno en una medida que en definitiva no les aportaría nada tanto económica como políticamente. Ojalá que no estén equivocados.
Esta semana se conoció la noticia de que la Comisión Europea (CE) finalmente se expidió en su investigación antimonopolio contra Intel, aplicándole una multa de € 1,06 mil millones (aproximadamente US$ 1,45 mil millones). Se trata de la mayor pena jamás impuesta por la CE y representa alrededor del 4% de los ingresos y el 27% de las ganancias de la empresa durante 2008. O sea, Intel tendrá una billetera abultada, pero sin dudas que semejante multa se siente. La pena se basó en el sistema de descuentos y rebajas utilizado por la empresa que alentaban a los fabricantes a elegir sus procesadores en lugar de los de su competidora AMD. La condena da lugar a diversos puntos que merecen ser analizados, principalmente como parte de un juego intelectual, ya que nada de lo que aquí se diga o haga incidirá a favor o en contra de la medida.
Una característica que dificulta la regulación antimonopólica en la industria tecnológica es que tiene la particularidad de tender hacia la concentración, particularmente por el famoso efecto de red. Esto pasó con empresas que ya pasaron por este tipo de escrutinios, como fue en su momento el caso de IBM (durante la era del mainframe) o más tarde Microsoft con su Windows (incluyendo a Explorer y el Media Player). Se podrá discutir entonces si es conveniente o no intervenir en un mercado donde la tendencia natural será a la concentración, pero en el caso en que se opte por hacerlo, las decisiones deben ser rápidas. Si no lo son, no importa que después se aplique un castigo ejemplar. Para entonces, la competencia habrá desaparecido o estará seriamente disminuida. En el caso de Intel, el proceso llevó 9 años. Demasiado si el comportamiento efectivamente, y tal como lo determinó la CE, fue monopólico.
El caso específico de Intel no es sencillo por dos razones. La primera es que los descuentos y rebajas son una práctica habitual en cualquier actividad comercial, y esto no impidió que distintos fabricantes de PC como HP o Dell ofrecieran equipos tanto con procesadores Intel como AMD. Y teniendo una oferta con ambos procesadores fueron alternativamente n° 1 del mercado de PC. Por supuesto, se puede argumentar que las condiciones que fijaba Intel para acceder a estos descuentos eran un abuso de posición dominante. Pero, y aquí viene la segunda razón, visto desde la perspectiva de la demanda, esto no impidió que los precios tendieran siempre a la baja ni que se hubiera afectado la innovación (como Centrino, Dual Core, Atom). Por lo tanto, estas prácticas no perjudicaron a los consumidores. Es más, a pesar de las rebajas de Intel, tradicionalmente los equipos más baratos son aquellos que utilizan procesadores AMD.
No obstante esto, también es atendible sentir temor porque si AMD desapareciera e Intel quedara como único proveedor de procesadores de computadoras personales, esta última tendría menos motivaciones para innovar y reducir sus precios. En otras palabras, Intel tendría que estar interesado en la supervivencia de un competidor de peso, ya que fue la existencia de AMD lo que incentivó a la empresa a superarse continuamente.
A esto hay que sumar que naturalmente el mercado de procesadores es sólo apto para pocos y grandes jugadores. Las inversiones son monstruosas y constantes, por lo que deben amortizarse a través de grandes economías de escala. Esto hizo que a lo largo de los últimos 20 años hubiera distintos intentos de participar del negocio de procesadores para PC, pero sólo Intel y AMD subsistieron.
Lo que la historia demuestra es que no son las intervenciones regulatorias las que terminaron con las posiciones dominantes sino los cambios tecnológicos. El caso de IBM perdió vigencia cuando el mundo informático pasó de los mainframes a las PC. Microsoft hoy ya no es el de antes a partir del desarrollo de Internet y su impacto en la forma de usar equipos y aplicaciones. Y en el caso de Intel, se le está haciendo más difícil de lo pensado extender su dominio al terreno de los dispositivos móviles, más allá de sus esfuerzos e inversiones, en momentos en que claramente surge que este es “el” próximo gran mercado.
Una reflexión final es que quizás el camino de las multas no sea el más apropiado para terminar con una situación de abuso dominante. Estas pueden “secar” financieramente a las empresas objetadas, quitándole combustible para desempeñarse en una industria con un dinamismo único. Existe el riesgo cierto de que repercuta en las inversiones en investigación y desarrollo, lo que se traduciría en menos innovación y menos disminución de precios. Y si, como frutilla del postre, para llegar a esto se necesita más de una década (Intel aún puede apelar) para cuando llega el remedio el enfermo puede que ya esté muerto o con secuelas irreparables.
¡No es fácil ser regulador!
La polémica ley para aumentar la presión tributaria sobre productos tecnológicos (celulares, notebooks, monitores de LCD, cámaras digitales, etc.) sigue avanzando a pesar de que sólo recogió críticas de cámaras, proveedores, fabricantes y usuarios. Esta semana, la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados emitió dictamen favorable al proyecto de ley y así la iniciativa sería tratada la semana próxima (duda: ¿la comisión de Informática y Telecomunicaciones no tuvo participación?).
La medida logró dividir a los fabricantes locales entre aquellos que tienen instalaciones en Tierra del Fuego y quienes no, aunque sí lo hacen en algún otro distrito del país (como la Capital, Buenos Aires, Rosario, San Luis, etc.). Esta división surge porque no cualquier empresa puede radicarse para producir con los beneficios otorgados en aquella provincia, sino que hay un registro que no ha sido reabierto para permitir que más empresas se sumen. Así, los fabricantes locales del continente miran con recelo a empresas como BGH, Frávega o NewSan, ya radicadas y por lo tanto beneficiarias de las nuevas medidas.
Dentro del cúmulo de disparates que la medida encierra, está la que considera a estos bienes como suntuarios. Sin embargo, y para sumar una nueva contradicción (y van…), es el mismo gobierno el que considera a la telefonía celular como un servicio público, medida que en los últimos tiempos ayudó a mejorar el índice del consumo de los mismos, habida cuenta del alto crecimiento en líneas y uso que venía registrando. O sea, es un servicio público, con una penetración (según las estadísticas oficiales) superior al 100% pero al mismo tiempo el celular es un bien suntuario.
Y sí, Argentina es como Montecarlo. Un país de ricos. “Cosas vieres Sancho…”
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