Viernes, 10 de Julio de 2009 13:17
Esto es lo que parece decir la gobernadora de la provincia de Tierra del Fuego, quien durante la semana estuvo en el Congreso para reclamar la sanción de la ley que otorgaría beneficios impositivos a la fabricación de determinados electrónicos en su territorio, más conocida como el “impuestazo tecnológico”.
No obstante, en su pedido ante legisladores, los argumentos hechos públicos por la gobernadora no fueron los más sólidos. La misma declaró que “no venimos a pedir privilegios sino a garantizar puestos de trabajo”. Esta afirmación es doblemente falsa.
Por un lado, sí se trata de un privilegio. Etimológicamente, e imitando a Mariano Grondona, la palabra proviene de la conjunción de los términos latinos “privus” y “legis”, lo que equivale a ley privada. Es más, la Real Academia lo define como “exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia”. En definitiva, una ley que favorece a la provincia en detrimento de las demás y además, de los consumidores, es sin dudas un privilegio.
Por otra parte, tampoco se trata de garantizar puestos de trabajo. Por un lado, porque llevar la producción de electrónicos a esa provincia implicaría perder los que hoy genera la fabricación local en el continente. Por el otro, porque se supone que la ley serviría para generar nuevos puestos, no para mantener los actuales.
Yendo al tratamiento del proyecto, surgen dudas sobre la acogida que el mismo pueda tener en el Congreso, especialmente luego de las elecciones legislativas que configuraron un nuevo mapa político. Cabe recordar que los representantes de Tierra del Fuego votaron a favor del adelantamiento de las elecciones, apoyando al oficialismo, quien salió bastante maltrecho de la contienda. La pregunta es si habrá ánimos de apoyar a una provincia gobernada, supuestamente, por la oposición pero que favoreció al oficialismo. Y con la derrota de este último, la provincia quedó del lado de los debilitados. El tema será difícil no sólo por la potencial pérdida de puestos de trabajo en el continente, sino porque en un panorama recesivo, aumentar impuestos es una medida poco popular.
Por lo pronto, el presidente del bloque oficialista en Diputados prometió tratar el proyecto en la próxima sesión, a principios de agosto. Habrá que ver entonces cuál fue el reacomodamiento político del Congreso luego de las elecciones. Continuará…