Viernes, 29 de Junio de 2007 15:31
No todos se benefician cuando los precios bajan o se mantienen fijos en un contexto inflacionario (con lo cual, bajan en términos relativos), ya que no siempre esta situación implica un aumento de la demanda que sea como mínimo inversamente proporcional. En esta situación se encuentran los locutorios y los cibers, aunque son situaciones distintas.
En el caso de los locutorios, el precio de su producto emblema, la telefonía, se encuentra congelado desde hace años. Años en los que además de la inflación general de la economía también registraron importantes aumentos en los rubros alquileres y salarios, sus costos más importantes. Esto se combinó con la explosión de la telefonía celular, que ciertamente les restó clientes. Así, en el último año se registró un retroceso del orden del 10% en la cantidad total de locutorios, esperándose otro tanto para el presente año.
Los cibers no la pasan mucho mejor, aunque en este caso el precio lo fija el mercado, particularmente la oferta. En general, los cibers no se animan a tocar demasiado sus precios hacia arriba por temor a perder clientes a manos de sus competidores vecinos. A esto se suma el notable descenso de los precios de la banda ancha y su consecuente crecimiento en los últimos años. El efecto de alquileres y salarios es también un factor igualmente impactante en este negocio.
Para colmo, locutorios y cibers son dos negocios que cada vez se superponen más. Locutorios sin acceso a Internet son los menos, si bien muchos cibers se mantienen sin telefonía. Es por esto que es cada vez más común ver la diversificación de estos locales, incluyendo rubros como alimentos y bebidas, librería, agencia de juegos y otros. ¿Será suficiente?
Lo más probable es que se produzca una depuración darwiniana de ambos negocios. Y si bien se trata de un proceso natural en la economía (que nos guste o no es otro tema), no estará exento de dolor para algunos.