Viernes, 23 de Noviembre de 2007 14:04
Para quienes participan como actores o simples espectadores del mercado de las telecomunicaciones de Latinoamérica, la competencia entre Telefónica y Telmex es sin dudas el combate de fondo. Un combate que es a muchos rounds (donde algunos se ganan, otros se pierden y otros se empatan) y en diversos rings (o países). Dentro de este combate a múltiples asaltos, hay que admitir que esta semana Telefónica le sacó varios puntos en las tarjetas de los jueces, ya que obtuvo una importante victoria ante Telmex nada más y nada menos que en su propio terruño o, como se usa en el deporte, jugando de visitante.
En esta ocasión, y para sorpresa de unos cuantos, fue la Comisión Federal de Telecomunicaciones de México (COFETEL) quien emitió una resolución en contra de Telmex y a favor del Grupo Telecomunicaciones Mexicanas (GTM), filial de la española Telefónica. La disputa se originó porque Telmex (incumbente en México) negaba a Telefónica el acceso a su infraestructura de telefonía fija argumentado la presunta violación de la ley de inversiones extranjeras por parte de los españoles. Dicha ley impide a una compañía extranjera poseer más del 49% de una operadora de telefonía fija.
El entre regulador mexicano no resolvió sobre el fondo de la cuestión, aduciendo que corresponde a otros organismos (particularmente, la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras). Sin embargo, en su resolución obligó a Telmex a abrir su red a Telefónica sobre la base de que la empresa mexicana "carece de facultad y competencia" para solicitar a una empresa que pruebe que su participación extranjera se apega a las leyes mexicanas como un requisito previo para interconectar la red pública de una compañía de telecomunicaciones. Por lo tanto, obliga a Telmex a abrir su red a Telefónica hasta que se aclare la situación legal de esta última.
En otras palabras, esto no resuelve el planteo respecto del cumplimiento o no de la ley de inversiones extranjeras, sino que simplemente el mensaje es "zapatero a tus zapatos" (sin ninguna alusión al primer ministro español).
La noticia tiene dos aspecto de interés. Primero, ver cómo las autoridades mexicanas fallaron en contra de una de las empresas más importantes de su país y a favor de una extranjera. Segundo, ver cómo cambian los argumentos en función de la posición que cada contrincantes tiene en cada uno de los mercados donde se cruzan, alternando entre el rol de incumbente y de entrante según la geografía. Nada es absoluto. Todo es relativo. Igualmente, y siguiendo con la metáfora boxística, ninguno va a tirar la toalla.