Viernes, 09 de Noviembre de 2007 16:31
Normalmente un anuncio como el realizado esta semana por Sabre Holdings que abrirá en Argentina un nuevo centro de software contratando a unos 350 profesionales es una buena noticia. Se trata de inversión en el país y creación de puestos de trabajo. Sin embargo, la duda surge luego de oír en reiteradas oportunidades los distintos comentarios de ejecutivos de empresas que contratan programadores (tanto sea para desarrollar software como producto como para consumo interno). La mayoría se queja por dos causas que están interrelacionadas: los valores pagados y la poca fidelidad de los profesionales.
Desde hace un tiempo, quienes deben contratar programadores y otros perfiles técnicos para el desarrollo de software se quejan de los elevados sueldos que deben pagar, los cuales están fuera de línea con el resto de los profesionales en otras áreas. Esto se debe a que hay un desequilibrio entre una oferta que es menor a la demanda y cuyo resultado es el aumento del precio del bien o servicio en falta. Por otra parte, la escasez de estos perfiles hace que haya una gran rotación de personas que cambian rápidamente de trabajo ante ofertas mejores.
Este es un efecto que era previsible cuando se comenzó a hablar de incentivar el negocio del software con desgravaciones impositivas antes de asegurar un suministro importante y fluido de profesionales para trabajar en dicha industria. Y pasa como sucede con la economía argentina actual: cuando la demanda supera la oferta, los precios suben. En ambos casos, la solución está en aumentar la oferta, pero este proceso no es inmediato, por lo tanto sólo queda aguantar hasta que la relación sea más equilibrada. Mientras tanto, paciencia.