Viernes, 21 de Septiembre de 2007 15:09
Fue la que tuvo Microsoft, luego de que la Unión Europea decidiera multar con casi € 500 millones por abuso de posición dominante (léase prácticas monopólicas). La decisión se basó en el rechazo a proveer información a sus competidores para asegurar la interoperabilidad de sus productos así como por mantener la práctica de avanzar sobre nuevos mercados al agregar productos a su omnipresente sistema operativo Windows. Evidentemente se trata de una suma de dinero importante, si bien en el caso específico de Microsoft el impacto es más en su imagen y en su orgullo que en su billetera.
Analizando las posibles consecuencias de esta medida, la realidad indica que difícilmente una decisión judicial pueda desmantelar el imperio que Microsoft construyó alrededor de Windows y apuntaló con su paquete Office. Y quizás la única forma en que esta situación cambie efectivamente esté más vinculada a un cambio de paradigma tecnológico, como el que podría marcar el avance de las aplicaciones online (caso Google Apps) que reducirían notablemente la importancia del sistema operativo.
En este sentido, habrá que prestar atención al anuncio realizado también esta semana por IBM. La empresa lanzará su paquete de oficina Lotus Symphony, el cual podrá ser descargado gratuitamente desde su sitio web y que es una versión del software de fuente abierta desarrollado por OpenOffice.org. Así, IBM, con la fe del converso, reafirma su apego a los estándares abiertos y el open source. Un dato adicional interesante es que IBM también está uniendo fuerzas con Google, ya que sus aplicaciones online de procesador de texto y planilla de cálculo utilizan documentos con el mismo formato OpenDocument, que también es abierto. Cabe señalar que este formato fue aprobado por la Organización Internacional para la Estandarización (ISO), cosa que no pudo lograr aún Microsoft con su formato Office Open XML.
Como con su apoyo a Linux, el ingreso de IBM a este territorio puede generar que el ambiente corporativo le preste más atención a las aplicaciones de oficina de fuente abierta, afectando entonces las ventas del hiperpopular Office de Microsoft. Pero igualmente habrá que tener presente que, aún en el caso de darse, este proceso llevará varios años. Tiempo suficiente como para que Microsoft se adapte al nuevo entorno. Cosa que, aunque con dificultades, ya está haciendo.